Fátima Gargallo o David Manuel son dos claros ejemplos de funcionarios que han optado por dejar la isla de Ibiza y trasladarse a otros destinos donde la vida es mucho más barata. El Partido Popular denunció recientemente las dificultades que van a tener los empleados públicos en Ibiza y Formentera si no se toman medidas urgentes para paliar los efectos del elevado precio de la vivienda o el sobrecoste generado por la propia insularidad que no está reconocida salarialmente por el Gobierno de España.
Fátima residió dos años en la isla de Ibiza hasta que, un buen día, esta policía nacional hizo las maletas y se trasladó en agosto con su marido y su hija de ocho años a otro archipiélago, el de Canarias.
Tras ser ascendida, Fátima asegura que sus nóminas no les hacen ricos, pero son sueldos considerables. Aún así, cree que en Ibiza «se hace difícil vivir».
Esta agente reconoce que, en su caso, el elevado coste de la vivienda y las dificultades para encontrar una casa digna fue lo que les desanimó a continuar en la isla. Según recuerda, llegaron a pagar 1.300 euros por un piso con tres habitaciones «y cuando llegamos, su estado era un poco penoso. A muchos propietarios les da igual y, con tal de tenerlo alquilado y recibir lo que piden, les es indiferente cómo esté la vivienda».
También lamenta que, para una pareja como ellos, es «imposible» comprar una vivienda en Ibiza debido a los elevados precios.
«Muchos propietarios tienen interés en alquilar a funcionarios porque saben que todos los meses cobras tu nómina, pero luego, si pueden explotar la temporada, pueden echarte. A nosotros no nos pasó, pero sí a algunos compañeros», afirma Fátima.
Según calcula también, a los gastos de vivienda, hay que sumar otros pagos como el agua o la luz: «Vas sumando y, al haber ascendido ambos, cobrábamos un poco más, unos 180 euros más en comparación con un policía raso. Aún así, es imposible. Ni cuando era soltera y cobraba menos miraba tanto la cuenta. Salíamos a cenar en Ibiza y teníamos que controlar cuántas veces cenábamos fuera al mes». De hecho, esta mujer reconoce que, antes de trabajar en la isla, nunca imaginó que fuera tan complicado vivir en Ibiza.
Los nuevos destinos de Fátima y David que les han cambiado la vida
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