Los hosteleros ibicencos mostraron este sábado su satisfacción por la retirada de la obligatoriedad del pasaporte Covid para acceder a los espacios interiores. Tras un inicio de 2022 por debajo de sus previsiones debido al impacto de la variante ómicron, la restauración «vuelve a respirar» gracias a la progresiva eliminación de las restricciones impuestas por la pandemia, según el encargado de la taberna Cebo, Jack Dorta.
Sin duda, para muchos de los hosteleros, después de que esta sexta ola de coronavirus llevara al límite al sector, este año es definitivo para el «despegue», pese a las cifras negativas de enero. «Con esta supresión, las reservas han aumentado más del 30 % este fin de semana», destacó el gerente de la taberna Cebo, con satisfacción.
Igual de entusiasmada se mostró este sábado la encargada del restaurante Can Guillamó, Carmen Escandell. Según esta trabajadora, las previsiones son muy positivas a corto plazo. Sin ir más lejos, la sala de este local, ubicado en la carretera de Ibiza a Sant Antoni, albergó este sábado a más gente que los días anteriores.
Incertidumbre
No obstante, pese a la noticia de la eliminación del certificado Covid, sigue reinando la misma incertidumbre en el sector. «Sólo esperamos que esta medida se pueda mantener durante mucho tiempo. Ya nos hemos tenido que adaptar a numerosos cambios de horarios, aforos y exigencias para poder sobrevivir a esta difícil situación», destacó este sábado el encargado del bar Cibeles, Javier Alonso. Añadió que, incluso, se han sentido como auténticos policías una vez se implantó el requisito del pasaporte Covid.
Además, según este gerente, aunque la medida de la supresión del certificado favorece al gremio, se ha retrasado mucho. «Los últimos meses han sido muy malos para la hostelería. Esta medida llega tarde», destacó este sábado el encargado del local. En este sentido, según algunos de los trabajadores del sector, con la llegada del buen tiempo, cada vez son más los vecinos que apuestan por aprovechar las terrazas de los bares, en lugar de acceder al establecimiento.
«Si los clientes ya se sentaban fuera ante la imposibilidad de consumir en los interiores sin el certificado de vacunación, imagínate ahora que empieza a hacer más calor. El problema se acusó más los últimos meses», explicó el encargado del restaurante Es Pla, Pepe Tur. Asimismo, el gerente del local, espera que el próximo mes empiece a arrojar resultados positivos tras un «gris» mes de enero.
«El pasaporte Covid nos perjudicó mucho durante la primera semana de la medida porque en el municipio hay mucha gente que no está vacunada. Los primeros días fueron muy duros; nos quedamos vacíos», destacó el gerente. Todo lo contrario a la jornada que se vivió este sábado en este emblemático local del municipio josepí. Decenas de personas sentadas en la gran terraza lateral, amenizada por música en directo, disfrutaban del ambiente mientras se tomaban el aperitivo.
«Si todo continúa así, prevemos una temporada alta muy buena», puntualizó. Por su parte, Miguel Torres y Carlos Tur, dos de los clientes del local, apuntaron que esta restricción se incumplía, de manera habitual, en muchos establecimientos y que «tampoco se notará mucho la diferencia». Eso sí, se mostraron intranquilos por la eliminación de esta medida: «Aumentaron mucho las vacunas cuando se implantó el pasaporte; ahora que se ha eliminado, la gente volverá a despreocuparse por la situación».
Cabe recordar que el Govern ha levantado estas restricciones como consecuencia de la caída de los contagios y del descenso de la presión hospitalaria. La medida se extiende también a locales de ocio, cines, discotecas, gimnasios, acontecimientos culturales y visitas en residencias de personas mayores.
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