¿Es cierto que me atiende desde un gimnasio? No parece muy habitual de estos lugares...
—(Risas) Sí. Aquí estoy. Pero tranquilo que estoy aquí para que la gente piense que estoy en forma y porque con la cuota tengo derecho a ducha caliente. Y eso con lo duro que está todo hoy en día no es una tontería. No hay que descartar ninguna oportunidad que se tenga a mano.
Un gaditano en Navidad en Ibiza. ¿Cómo surgió la idea?
—Por David Costa, del Bahía Casanova. Le conozco desde hace más de 15 años y siempre nos hemos llevado muy bien. De hecho ya estuve en Ibiza hace años y la experiencia fue genial.
Actuará en un momento en el que no paran de subir los contagios. ¿Cree que podrá viajar a la isla?
—Espero que sí. Por mi bien y por el de todo el mundo porque hoy en día creo que el humor es más necesario que nunca. Es el parche perfecto para estos momentos tan duros que estamos viviendo desde que apareció el coronavirus en nuestras vidas.
¿Es casi como una vacuna?
—(Risas) Ojalá. La vacuna te protege contra el virus y el humor y afrontar la vida con optimismo es un chute de adrenalina fundamental. Y más ahora con tantas noticias negativas por todos lados.
En esto los gaditanos, con su sentido del humor y su forma de entender la vida, ¿van con ventaja?
—(Risas) Tal vez. En lo que si hemos tenido ventaja es en lo del confinamiento. En mi caso, como iba poco a la escuela y estaba mucho tiempo en casa, ya estaba entrenado para no moverme del sofá. Lo llevaba aprendido de serie.
Usted, como otros monologuistas, es capaz de reírse de todo y de todos. ¿Eso ahora es posible con los tiempos que corren?
—Cada vez es más complicado porque estamos rodeados de una legión de «ofendiditos» a los que sienta mal cualquier cosa. Y eso no es bueno porque el humor tiene que estar presente en nuestras vidas y no estar todo el tiempo pensando en que se ofende. De hecho, siempre digo lo mismo. Si hago una gala con 500 negros, y hago un chiste sobre ellos, seguro que el que protestará será el blanco porque el resto lo más seguro que se venga a hacerse fotos conmigo al final del espectáculo.
Además, usted es único al reírse de sí mismo. No tiene problemas...
—Claro que no. Creo que es muy sano que reconozcamos nuestros defectos y que no somos perfectos. Y todo desde el humor. Yo, de hecho me río de que soy gordo y de que no soy muy agraciado, y por eso siempre digo que cuando nací, mi madre le preguntó al doctor ¿qué he tenido? y éste le contestó ¡mu mala suerte señora!
¿Con el coronavirus también se puede hacer humor?
—Sí. Como he dicho antes, todo se puede hacer si hay respeto. El problema es que hoy en día los límites del humor son muy finos.
¿Actuará con la camiseta del equipo de fútbol del Cádiz en Ibiza?
—Ni lo dude. Creo que después de tanto tiempo actuando sobre los escenarios de toda España acaban contratando una camiseta tan bonita y tan espectacular como la amarilla de mi querido Cádiz Club de Fútbol.
De hecho, hay quien dice que ha hecho usted tanto por el club como Mágico González o Kiko...
—(Risas) Ojalá. Te agradezco el cumplido porque llevo al club en mi corazón. Lo malo es que no siempre se es profeta en su tierra y eso en ocasiones duele.
¿Por qué dice eso? Da la sensación de que hoy es uno de los gaditanos más conocidos.
—Por los ataques en las redes sociales. Siempre digo que es una de las peores enfermedades de este siglo XXI. Desde el anonimato mucha gente piensa que pueden decir de todo, faltar al respeto, insultarte y hacerte daño. Que se pueden desahogar. Yo lo llevo más o menos bien pero hay compañeros que sufren mucho y sinceramente creo que no es justo.
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