—¿Cómo están viviendo estas jornadas?
—Con mucha preocupación por las familias y por el resto de compañeros en la península. No sabes qué decirle a tu familia, si vas a seguir teniendo trabajo. Llega un momento en el que no sabes qué explicaciones dar o cómo vas a enfocar tu vida si, por ejemplo, tienes a un hijo estudiando fuera.
—Muchos compañeros llevarán años en el banco.
—Yo, en concreto, más de 30 y hemos pasado por cuatro bancos diferentes. Que después de 30 años trabajando en la misma empresa, te liquiden o te digan, tal y como están proponiendo, tener movilidad geográfica libre. Nos encontramos también con los directivos que tienen esos finiquitos millonarios, a pesar de su mala gestión, y ellos sí que no se los bajan. Estamos así y no podemos hacer nada.
—En principio, las negociaciones se prolongarán hasta el día 16.
—Al comienzo la empresa se ha mostrado muy reacia. Durante las tres o cuatro primeras reuniones no presentaron ninguna oferta y no quisieron bajarse de sus pretensiones. Tras la huelga del jueves pasado, parece que bajaron de 1.900 a 1.600 los afectados por el ERE, pero hay mucha tela que cortar todavía porque quedan cinco o seis reuniones. Lo que no es aceptable son las condiciones que ofrecen, con la movilidad geográfica, y la obligatoriedad del ERE, puesto que lo mínimo sería que lo hicieran voluntario.
—En Ibiza, ¿se sabe a cuántos trabajadores afectará el ERE?
—Todavía no porque no han concretado nada y hablan de términos generales. No quieren concretar lo que afecta a cada territorio. Se dice que van a cerrar 400 oficinas en toda España. No han detallado en Baleares a cuánta gente quieren echar o trasladar.
—¿Hasta dónde están dispuestos a llegar?
—Por ahora, no lo sabemos. Toda la plataforma sindical, compuesta por seis o siete sindicatos, coincide en que esto así no lo aceptaremos y si hay que hacer más días de huelga, se harán. Hicimos dos paros parciales y dos días de huelga completa. Vamos a ver cómo evolucionan ahora las negociaciones.
—¿Se sienten apoyados por la sociedad?
—Ha habido clientes que incluso se quedaron a apoyarnos un rato uno de los días de huelga. No solamente hacemos esto por nuestro puesto de trabajo, también es por ellos porque repercutirá en la atención. Los bancos están enfocándose a nivel digital y están desvirtuando las cantidades de clientes virtuales que tienen, que no son verdad porque las oficinas no estarían tan llenas. Todo ha sido una manipulación de la digitalización de clientes, que no ha funcionado como se esperaba, y es algo que pagaremos todos. También se han aprovechado del coronavirus y quieren echar a muchos empleados y cerrar oficinas.
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