La cubierta del CEIP Cervantes, de 1.400 m2 se cubrirá de placas solares y ofrecerá 100 kW de potencia. Es mucho más de lo que necesita la escuela, por lo que la energía sobrante se podrá repartir entre los residentes en un radio de 500 metros sin pagar peajes, conforme al Decreto-ley 15/2018, de 5 de octubre, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores.
Entre cincuenta y sesenta familias, según los cálculos del IBE, podrán aprovecharse de esta iniciativa, que dará preferencia a las familias más vulnerables.
Si quedara energía sobrante se podría destinar a pymes de la zona o familias que no cumplieran con los criterios hasta completar el cupo.
De 0,20 a 0,06 euros el kW
Esta iniciativa, que se llevará a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Sant Antoni, asociará los consumos de aquellas familias en un radio de medio kilómetro del CEIP Cervantes que quieran adherirse a la comunidad a la generación que creará el IBE. En las horas pico, estos usuarios pasarán de pagar los 0,20-0,24 euros que cuesta el kWh a pagar 0,06-0,07 euros.
«El IBE lo único que tiene que asumir es la amortización de esta instalación. Como es un organismo público puede llegar a hacer esta amortización en 15 o incluso 20 años, de ahí el precio. Con el coste de la energía que vende se financia la instalación, se paga su mantenimiento. Con el tiempo existe un retorno que permite hacer nuevas inversiones. Es como la noria que suelta agua y vuelve a cogerla para poder soltar más y mantener el proceso», explica el director general de Energía y Cambio Climático, Pep Malagrava.
Para integrarse en la comunidad no será necesaria ninguna modificación en la instalación eléctrica ni ninguna modificación en el contrato. Conforme al Real Decreto, se eliminó la necesidad de tener una conexión directa con la fuente de alimentación para que se considerase que había autoconsumo, con estar en un radio de 500 metros es posible asociar el consumo. Se tiene que informar al promotor, en este caso el IBE, del código del contador y la energía que se solicita.
En cuanto a la factura, seguirán recibiendo la de su comercializadora de electricidad, pero al estar conectados a un autoconsumo, durante las horas de producción solar no se cobrará gasto de energía y se pagarán sólo los costes fijos del servicio. Luego el IBE pasará el recibo conforme a lo que el usuario ha consumido durante el día.
«Lógicamente, las familias no estarán consumiendo energía todas las horas de sol, por ello una parte de esta energía revertirá en la red eléctrica, que también es un efecto positivo. Pero además, intentaremos concienciar a las familias para que adapten su consumo al nuevo suministro del que disponen, para que cambien sus hábitos y hagan gastos energéticos en horas de sol».
Comercializadora de energía
El siguiente paso para el IBE, apunta Malagrava, es que se convierta en una comercializadora de energía limpia.
Para poder avanzar en este proyecto será necesario seguir llegando a acuerdos con instituciones locales para disponer de más tejados y poder ofrecer, en algún momento, energía a la ciudadanía en general. Aún así Malagrava insistió en que siempre se mantendrá una preferencia por aquellas familias en una situación económica menos ventajosa.
En cualquier caso el crecimiento del número de usuarios siempre se hará en relación a la capacidad de producción, a diferencia de las comercializadoras tradicionales que pueden tener más usuarios que producción, lo que implica un incremento en el coste de la electricidad.
«Para mantener el precio de coste, si tenemos una instalación que puede dar consumo a 50 usuarios, al número 51 le tendremos que decir que no», explica.
El conseller de Transición Energética, Juan Pedro Yllanes, destacó la cualidad del IBE como herramienta «eficacísima para cambiar el paradigma del consumo energético». Es por ello que desde la creación del IBE, uno de los objetivos era esta comercialización de energía a precio de coste.
Resaltó la importancia de estos avances para convertir la energía «en un bien de primera necesidad y no un bien de mercado».
Para Yllanes, es imprescindible que en Ibiza el resto de municipios empiecen a ofrecer tejados que permitan su solarización para poder seguir ampliando el número de comunidades de autoconsumo. «Ibiza tiene que hacer una apuesta muy clara por la transición energética, por todo lo que supone de diversificación del modelo económico», valoró.
El conseller indicó que todas estas medidas servirán para «atender a aquellas familias en situación de vulnerabilidad, combatir la pobreza energética y hacer que un bien de primera necesidad como es la energía sea más barato».
2 comentarios
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Espero que este tipo de iniciativas empiece a funcionar, solar, eólica .... y que podamos abaratar el precio actual, pero de todas formas nos manejan como quieren. España siempre a la cola de este tipo de proyectos .....
Las placas solares que se podían poner con el dinero de la ampliación ver Palacio de congresos de Santa Eulalia que no sirve para nada