El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, este domingo durante la lectura del discurso institucional frente a las puertas de la antigua Universidad. | Arguiñe Escandón

La consecución de un pacto por el territorio es uno de los principales ejes en los que se basó este domingo el discurso del presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, en el acto principal de la celebración de las fiestas del Vuit d'Agost. «Somos un territorio pequeño y frágil», recordó Marí, «y tenemos todos la responsabilidad de cuidarlo» haciendo posible «un gran acuerdo que permita, sin prejuicios, garantizar un futuro más allá de nuestras generaciones más próximas».

En este sentido, destacó que el futuro de la isla «no puede estar sometido a constantes cambios y alternancias ni a la inseguridad jurídica y a los problemas que suponen los constantes cambios legislativos y políticos». Por ello, insistió el presidente de la máxima institución ibicenca, «uno de los grandes retos que tenemos como sociedad y como representantes institucionales es trabajar conjuntamente y ser capaces de avanzar hacia un verdadero pacto por el territorio». Un pacto, ofrecido al PSOE sin citarlo, que hay que alcanzar «a través del diálogo honesto, la negociación abierta y sin barreras previas» para llegar «a un objetivo común: Ibiza».

En esta protección del territorio, Vicent Marí abogó a su vez por seguir apostando por el impulso de energías limpias, por implantar en la isla un nuevo servicio de transporte público «con vehículos más eficientes y menos contaminantes» y por trabajar «en un cambio normativo que permita regular la llegada de la isla».

El presidente del Consell d'Eivissa, que leyó su discurso institucional en las puerta de la antigua Universidad, la institución creada en el año 1299 «como precedente histórico de autogobierno de las islas Pitiusas», quiso hacer hincapié a su vez en que la recuperación de la actividad perdida durante el tiempo de pandemia no se puede llevar a cabo «a cualquier precio». En toda una declaración de intenciones sobre el modelo turístico que quiere para la isla, Marí subrayó que «queremos para nuestra isla un turismo que sea respetuoso con el entorno, con la gente, un turismo que reconozca nuestra historia, que valore nuestro patrimonio, que comprenda nuestro carácter tolerante pero, a la vez, recto y austero». Lo que no tiene cabida, recalcó, es «toda esa gente que viene con la voluntad de aprovecharse de la isla y de sus residentes».

En este saco de indeseables para la isla el presidente del Consell incluyó a aquellos que promueven fiestas ilegales, «que ponen en peligro la recuperación sanitaria y también económica de la isla». Una actividad, manifestó, «contra la que nuestros ayuntamientos y las fuerzas y cuerpos de seguridad no tienen suficientes medios para luchar». «Pero la parálisis y la crítica no es una opción», matizó Marí, «lo es trabajar de manera conjunta, aportar ideas y buscar iniciativas que nos permitan prevenir y controlar este tipo de celebraciones que tanto mal hacen a la imagen y a la propia industria turística, por no hablar del grave peligro de contagio que suponen este tipo de actividades sin control».

[Las mejores imágenes de la celebración del Vuit d'Agost en Ibiza.]

Marí recordó a su vez que aún está pendiente la negociación por la deuda histórica del Govern con el Consell d'Eivissa y fue muy tajante al avisar al PSOE, sin citarlo, que el futuro reparto de los fondos Next Generation de la Unión Europea se tiene que hacer «con transparencia y claridad» y «sin ocurrencias que se traduzcan en injusticias para nuestros municipios».