Rufino Díaz, responsable de la Unidad explica que hay tres especialidades de búsqueda y rescate respecto a los canes: Por un lado están los especialistas en rastrear grandes extensiones, normalmente zonas rurales; por otro lado estarían los especialistas en rastrear zonas colapsadas, normalmente escombros y una tercera especialidad llamada mantrailing, en la que el animal locailza a la víctima a partir de una referencia de olor de ésta.
Díaz habla de esta unidad como una herramienta fundamental, sobretodo en los casos de colapso, en los que representan «la herramienta más poderosa para localizar personas».
El responsable de la Unidad Canina de los Bomberos explica que para este tipo de entrenamiento «sirve cualquier raza, pero no cualquier perro», y es que las actitudes determinadas de cada animal son las que determinan si su perfil es el adecuado para este tipo de trabajo.
La unidad cuenta con cinco miembros, tres de ellos especializados en venteo y dos en mantrailing. Díaz explica que la formación de un cachorro puede durar hasta un año, pero apunta que un perro adulto, con las actitudes necesarias, puede estar formado en unos cuatro meses.
Muchos de ellos conviven con sus compañeros humanos. «No son mascotas, somos compañeros» apunta el bombero.
Díaz explica como ejemplo de mantrailing, el caso reciente en el que uno de sus compañeros caninos localizó a dos mujeres desaparecidas en una cueva en la zona de Cala Aubarcatras haberle mostrado un pijama de la desaparecida como olor de referencia para que encontrara su rastro.
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