Seis meses después de que el Parlament aprobara que el hospital de Formentera recuperara el servicio de diálisis se desconoce cuándo llegará este servicio. Mientras tanto, Francisco Mayans, Carlos Tur y José Ignacio Monge Tato tienen que seguir viajando tres veces por semana a Ibiza para recibir diálisis. Tato explica cómo ve la situación actualmente.
—¿Cómo está el tema?
—Primero nos dijeron que en el primer trimestre del año podríamos hacer el tratamiento en Formentera, pero ya estamos a punto de entrar en el segundo y no tenemos noticias de que se haya hecho nada. Nadie nos dice nada oficialmente y tenemos la sensación de que nadie está moviendo un dedo. No hay ninguna comunicación y nos asaltan las dudas: ¿hay alguna fecha aproximada? ¿e está moviendo alguna cosa? Estamos muy preocupados.
Estamos a punto de entrar en el verano y todos sabemos que aquí todo se paraliza y llegará el invierno de nuevo y el mal tiempo y deberemos seguir desplazándonos a Ibiza a pasar el tratamiento.
—¿Cómo se encuentran ustedes?
—Francisco, que es el más mayor ha empeorado, y ya no puede andar; debe desplazarse en silla de ruedas para subir y bajar de la barca, además de que vive en La Mola y debe desplazarse en ambulancia hasta el puerto y allí le recoge otra ambulancia y eso tres días por semana.
Y a mí hace dos semanas me dio un infarto. Afortunadamente no fue nada grave, pero todos estos esfuerzos no me van nada bien.
—Me sorprende que no tengáis ningún tipo de comunicación por ninguna parte…
—La gente te hacer comentarios, pero a mí eso no me sirve. Echo en falta que la persona realmente responsable de este asunto nos comunique oficialmente en qué punto estamos. Si alguien nos diera una fecha aproximada tendríamos algo a lo que agarrarnos. La sensación que tenemos es que pasan de nosotros; nos sentimos realmente abandonados y no hablo únicamente como paciente, hablo de Formentera en general.
Además, me consta que hay muchas personas que desearían venir a pasar sus vacaciones aquí, pero que algún familiar debe someterse a diálisis y obviamente no quieren pasarse el día yendo y viniendo de Ibiza.
—La consellera de Salud, Patricia Gómez, manifestó en su momento que ante la imposibilidad de atenderles en Formentera su departamento había puesto todos los recursos posibles a vuestra disposición para facilitar los traslados. ¿Eso es así?
—Sí, como a cualquier otro paciente; también a los de Ibiza se les pone ambulancia y se intenta adecuar los horarios a su conveniencia. Pero hay una cosa en que ni la consellera ni nadie tienen mano y es con el mar, no le pueden decir al mar ‘estate tranquilo que tienen que viajar los enfermos a Ibiza'. Los muchos días que hay mala mar o temporal lo pasamos muy mal y eso no se puede reparar con ningún recurso.
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