Fernando Fernández, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT) de las Pitiusas. | Daniel Espinosa

Fernando Fernández (Fornes, Granada, 1957), secretario general de UGT de Ibiza y Formentera desde 2018, ha sido reelegido en su cargo por unanimidad hasta 2025. Estará al frente de un millar de afiliados con el reto de que la reapertura de la temporada, aunque sea a medio gas, pueda solucionar la profunda crisis que están sufriendo los trabajadores. Llegó a Ibiza por primera vez «para ganar un dinerillo en verano», mientras estudiaba Magisterio en la Universidad de Granada. Al terminar los estudios, decidió trasladarse definitivamente a la isla «porque eran unos años en los que aquí había mucha actividad». Milita en el sindicato socialista desde hace 20 años y también es afiliado al PSOE. Ha rejuvenecido su comisión ejecutiva, «porque serán los que en un futuro tomarán las riendas del sindicato», y se siente orgulloso del apoyo que ha recibido por parte de todos los delegados y afiliados de las Pitiusas.

—¿Cómo están afrontando los trabajadores el inicio de esta complicada temporada?
—El inicio está siendo incierto, pero en Ibiza se están haciendo las cosas medianamente bien gracias al diálogo social, mediante el cual estamos marcando unas pautas que se están llevando a cabo y el Govern está apoyando. Esperemos que esto redunde en que tengamos una mediana temporada, mejor que la del año pasado, pero no como en 2019. Esperemos que, como dijo el hotelero Gabriel Escarrer, si tenemos la mitad de la actividad que en 2019 ya sería un éxito. Apostaríamos por eso.

—En las actuales circunstancias, ¿cuáles son las inquietudes y las consultas más frecuentes que atienden a diario en UGT?
—Lo más habitual es el problema que están ocasionando las prestaciones del SEPE y del ingreso mínimo vital, que no está funcionando: es un embudo que no hay manera de desatascar. Y también está la preocupación de los fijos discontinuos, que, aunque tiene cobenrtura hasta el 31 de mayo, están con la incertidumbre de cómo será la temporada. Si ponemos todos los medios y somos capaces de mantener la situación actual que tenemos en Ibiza, posiblemente habrá temporada.

—¿Por qué no está funcionando el SEPE o la ejecución del ingreso mínimo?
—No culpamos a los trabajadores del SEPE, porque a ellos les ha caído una gorda. Hay que recordar que están en situación de interinidad, y cuando viene una avalancha pues sufren y queda de manifiesto que faltan recursos. Están pagando los platos rotos de la Administración, que no hace las cosas como las tiene que hacer. Y en cuanto al ingreso mínimo vital, se nos vendió una moto sin embrague, sin gasolina y sin nada, y entonces no anda, y como no anda estamos viendo cómo cada día crecen las colas del hambre porque ese ingreso no llega. Los sindicatos tendríamos que haber forzado un poco más o haber hallado alguna fórmula más para que el ingreso mínimo vital llegue a todas las personas que lo necesitan.

—Los ERTE han sido la salvación para miles de trabajadores, pero parece que muchas personas que se encuentran en esta situación tendrán que reintegrar unos 800 euros a Hacienda por haber cobrado de dos pagadores. ¿Cómo es posible que ocurra esto?
—Esta semana hemos estado estudiando esto con la federación de hostelería y servicios públicos. No es que todos los trabajadores tengan que devolver esa cantidad. Hay que ver la situación de cada uno, sus ingresos, y si tenían uno, dos o varios pagadores. Cuando han cobrado el ERTE o la prestación que se aprobó para los fijos discontinuos, esas cantidades que percibieron no tienen retenciones de IRPF, y de ahí viene de donde van a tener que pagar la retención que no les hicieron. Hay que mirar caso por caso.

—¿En qué frentes está trabajando UGT para mejorar las condiciones de los trabajadores de Ibiza y Formentera?
—Estamos trabajando en todos los sectores. La UGT es un sindicato de clase y tiene que atender a todos los sectores. Hay unos más necesitados que otros, como la hostelería, que a los fijos discontinuos les cubre el ERTE y el subsidio especial. Estamos trabajando en la función pública para que de una vez por todas el Govern balear reconozca esa deuda que tiene con los trabajadores del sector público, ese 2,5% de incremento salarial que queremos negociar para que los trabajadores lo cobren; no decimos que tenga que ser mañana, pero que se haga un calendario para que les reconozcan la deuda y se pague.


—¿Los sindicatos se negaron a participar en la reciente movilización de los empresarios de Ibiza para reclamar, entre otras cosas, ayudas directas para los negocios damnificados por la pandemia. ¿Por qué no fueron?
—Los objetivos de esa movilización prácticamente los compartíamos todos. Nosotros, en la mesa de diálogo social de Ibiza, hemos mantenido que había que ayudar a las empresas al igual que salvar a los trabajadores, que tuvieran subvenciones, y se consiguió que les pagaran los 1.500 euros por negocio durante cuatro meses. Esto lo apoyamos en el diálogo social. Y también el millón de euros aportado por el Gobiernos central, pero hay cosas que no compartimos. ¿Cómo no vamos a apoyar que el SEPE funcione? Les apoyamos en esto, pero tiene que haber reciprocidad. Vamos a apoyar a los empresarios, pero debe haber congruencia. UGT y CCOO les pedimos que en la pancarta de la manifestación pusieran que las empresas adquirían el compromiso de mantener el empleo, pero nos dijeron que la pancarta ya estaba cerrada y que no se modificaba. Por lo tanto, si no hay un compromiso por el empleo, yo te apoyo pero no me voy a ir contigo de manifestación a la calle.

—¿No obstante, parece que hay cierta sintonía con las patronales, cierto frente común?
—Hay una cosa que está clara, y es que, en esta situación, o remamos todos juntos o nos hundimos todos. Nosotros tenemos que ayudar a que las empresa subsistan, y ellas deben recibir ayudas para que subsistan, porque empresa que desaparece, empleo que desaparece, pero ellos tienen que adquirir el compromiso de mantener el empleo. Hay cierta sintonía en este sentido, en torno al diálogo que mantenemos con la CAEB, Pimeef, CCOO y Consell Insular. Creo que remamos juntos.

—¿Como sindicato de clase, coinciden con todas las reivindicaciones salariales de los sindicatos de médicos y enfermeras?
—Las reivindicaciones salariales de un incremento del 2,5% que defendemos son para los trabajadores de la función pública, ya sean sanitarios o funcionarios, una reivindicación que compartimos con ellos. Sobre el tema del plus de residencia y la equiparación con Canarias, tenemos claro que no podemos hacer distinción de clases. Nosotros apoyamos lo que reclaman, pero vamos más allá: ¿Por qué un enfermero que viene a Ibiza debe tener un plus de residencia pero un trabajador que viene al sector de hostelería no lo tiene?, ¿cuál es la diferencia?, ¿o es que el apartamento que alquila el enfermero es más caro que el que alquila un empleado de la hostelería? Creo que lo que se debe hacer es desarrollar el REB (Régimen Especial de Baleares), que cuando se aprueba tiene muy buena letra pero le falta la música, que no está puesta, por eso tenemos que seguir presionando al Govern balear para que presione al Gobierno central para dotar a ese REB de un presupuesto en el cual todas estas medidas que reivindican sean beneficiosas para todos los trabajadores de la isla, incluidos los de la función pública. Ahí nos van a encontrar siempre.
El problema de la salud pública y de los funcionarios, como los policías o los guardias civiles, no nos olvidemos de ellos, es que hay que acabar con la interinidad que tienen estos sectores. Si acabamos con la interinidad y generamos las plazas suficientes para que un trabajador se sienta a gusto y estable, no hará falta ni REB ni nada, simplemente tienes un trabajo estable. Lo que no puede ser es que haya profesionales que llevan más de cinco años trabajando en Can Misses y que ya han tenido 20 contratos de interinidad. Esto no se entiende, y debería ser la primera medida para atajar este problema.

—¿Cree que los hoteleros deberían facilitar el alojamiento a los empleados?
—Esto llevamos años reivindicándolo. Cuando negociamos el último convenio de hostelería, ya dijimos que los hoteleros tenían que dar un alojamiento digno a los trabajadores, no cualquier cosa, para que puedan hacer su vida relativamente normal, casi como si estuvieran en su domicilio.

—¿Cómo va la afiliación al sindicato? ¿Ha crecido por la pandemia?
—Nos hemos llevado una sorpresa porque pensábamos que en el año 2020, con todo lo que ha sucedido, la pandemia y la crisis, habría una bajada de la afiliación, pero ha sido todo lo contrario. Ha subido un poco, y es importante que en estas épocas los trabajadores piensen que un sindicato les puede ayudar.

—¿Están más unidos que nunca con CCOO?
—Las necesidades obligan… A nivel local y nacional, hay buena armonía y siempre la ha habido, aunque en los procesos de elecciones sindicales cada uno lucha por su casa. Espero que siga esta armonía porque no se puede estar en una guerra que en nada ayuda a los trabajadores.

—¿Por qué la clase política está desprestigiada?
—A mí no me gusta lo que estoy viendo y viviendo. Después de un año de pandemia, ver lo que está pasando en el Congreso y lo que se escucha, la verdad es que es una pena, a nivel general. Es triste que en la situación como la que estamos el Congreso se convierta en un gallinero con el ‘y tú más, y tú más'. Estamos en un momento en que tendría que ser todo lo contrario, en preocuparse por ver cómo salimos de esta crisis. Este Gobierno se ha tenido que comer un marrón, pero le podría haber tocado al PP o a cualquiera que estuviera en el Gobierno. Flaco favor hace la oposición si no apoya el dinero que viene de Europa, por ejemplo, porque esa ayuda millonaria la tenemos que conseguir porque será beneficiosa para todos, para toda la sociedad.

—¿Qué opina de Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo y Economía Social, de Podemos, ahora vicepresidenta tercera del Gobierno?”.
—Si este Gobierno ha acertado en un ministerio, ha sido en éste. Si yo tuviera que elegir, la pondría a ella. Es una persona sensata y coherente, que aguanta en los debates las críticas y llama a la reflexión. Me alegro mucho de que mantenga la cartera de Trabajo porque con ella nos entenderemos y le vamos a dar una vuelta de tuerca importante a la reforma laboral y de las pensiones, que será muy importante. Será el reto de 2021. Tendremos buena sintonía.

—¿Tiene ganas de vacunarse?
—Sí. No me han llamado aún, pero le recuerdo que somos trabajadores esenciales desde hace un año. Esperaremos a que nos llegue el momento, pero si me llaman mañana para vacunarme, pongo el brazo con la dosis que me toque.

—¿Le pedirá a sus militantes que se vacunen?
—En nuestra opinión, la vacuna es el antídoto para esta pandemia y pensamos que nos va abrir las puertas para seguir trabajando. Hay que vacunarse para que podamos recuperar la economía y el trabajo.

—¿Llegaremos al 70% de vacunados en verano en Ibiza y Formentera?
—Si las farmacéuticas no nos la juegan de nuevo y todo va bien, en junio tendremos a un gran porcentaje de gente vacunada en la isla, lo que nos irá dando un poco de estabilidad. Si en julio tenemos un 70% vacunados, no sería un éxito, pero sí sería una garantía de que podemos trabajar. Estamos todos muy expectantes por poder empezar a trabajar a un cierto ritmo.