— Cada día hay hallazgos en especialidades médicas de secuelas por coronavirus… ¿También en la cirugía de la mano?
— No ha habido ninguna patología tan profunda y rápidamente estudiada como el coronavirus. En apenas un año se han publicado más de 87.000 artículos en revistas, unos 240 al día. Los médicos de todas las especialidades y otros profesionales de la salud hemos participado en este inmenso cuerpo clínico y de investigación pero cada día hay algo nuevo.
— ¿Cómo ha sido su hallazgo?
— Problemas recientes en la mano de ocho pacientes que, curiosamente, apenas habían tenido síntomas de coronavirus.
— ¿Cómo se dió cuenta de que un problema de la mano podía derivarse de padecer coronavirus?
— En octubre de 2020 atendí a un hombre de 72 años con atrofia de la musculatura de ambas manos que se había producido en muy poco tiempo. Tenía una parálisis del nervio cubital, responsable de la sensibilidad de los dedos anular y meñique, del movimiento fino y preciso de los dedos, y de parte de las funciones de la pinza del pulgar. Me dijo que hacía 4 meses no tenía esas deformidades y que usaba las manos normalmente. Cuando le pregunte sobre enfermedades previas o actuales me dijo coronavirus. Lo relacioné con la situación clínica y descubrí que había una causa-efecto.
— ¿Y después?
— Este noviembre atendí a mujeres de entre 45 y 65 años con una evolución idéntica y también infectadas por Coronavirus. El patrón se repetía. Enfermedad en la primera ola y atrofias musculares en verano, o enfermedad en la segunda ola y parálisis en noviembre y diciembre. Como no tienen dolor, solo son conscientes del problema cuando ya han perdido la forma, la destreza y la fuerza de la mano y además, el signo más evidente de la desaparición del músculo es el hueco que deja en su lugar.
— ¿Se les estudió?
— Sí, con pruebas específicas de conducción nerviosa y se constató un bloqueo agudo y casi completo en un túnel estrecho en el codo. Lo sería una sección o corte del nervio.
— ¿Cómo resuelven los problemas?
—Por la rápida evolución y la comprobación del bloqueo casi completo mediante los estudios específicos pensé que la cirugía de liberación sería la única forma y que debía hacerlo rápido. Ya he intervenido los primeros pacientes con hallazgos sorprendentes ya que el nervio discurre entre dos huesos unidos por un ligamento que se encoje, endurece y le cierra el paso como si hubiera sido estrangulado por una brida apretada. Se tiene la sensación de que el conducto del nervio está vacío, como si no hubiera nada dentro ya que los cables de la transmisión nerviosa están muy adelgazados, como un reloj de arena. Tras la cirugía de dar espacio al nervio, estos pacientes han recuperado la sensibilidad, parcial de momento, y coordinación de movimientos finos de la mano y desaparición de las deformidades en garra de los dedos. Los resultados preliminares son esperanzadores.
— ¿Otra patología de la mano relacionada con el coronavirus?
—Otra es el síndrome del túnel carpiano agudo que se desarrolla en mujeres de mediana edad afectas de Covid-19. No hay parálisis, sino dolor repentino e hiperagudo, brusco y violento, en los dedos pulgar, índice y corazón, y que se incrementa por la noche, impidiendo conciliar el sueño. Algunas tenían síntomas leves antes del virus pero siempre el dolor les hace despertarse varias veces, levantarse, meter las manos en agua fría o caliente y moverlas para mitigar parcialmente el dolor. Los estudios reflejaron también afectación grave del nervio mediano a su paso por la muñeca. El denominador en todas es haber pasado la enfermedad en primavera o a la vuelta del verano.
— ¿Por qué pasa eso?
— Era evidente que el nervio sufría un atrapamiento grave dentro del túnel carpiano y que se imponía una cirugía de liberación al ver que el ligamento se había encogido. La apertura produjo la desaparición absoluta e inmediata del dolor y la recuperación de la sensibilidad.
— ¿Cómo el mejor tratamiento?
—Aunque la problemática de las compresiones nerviosas de la mano es conocida, lo inédito y llamativo es la velocidad en que se extiende el problema con parálisis en 2 o 4 meses y no en 10 o 15 años. A pesar de no tener conocimiento completo en los pacientes con Covid-19, la lógica dice que cuanto antes se saque el nervio del túnel que lo estrangula, mayores son las posibilidades de recuperación. Por ello, la cirugía inmediata es, en mi opinión, la única forma de tratamiento.
— ¿Cuál es la evolución?
— No la puedo predecir a largo plazo, porque las toxinas del virus también dañan la fibra nerviosa. Pero esta cirugía permite recuperar el riego sanguíneo del nervio y ayudar de forma evidente a su recuperación
— Además de los nervios de la mano, ¿afecta a alguna otra zona de los brazos?
—El Covid-19 también afecta al sistema músculo-esquelético de los brazos. He atendido pacientes con codo de tenista y diversas tendinitis de la muñeca. También se agrava la llamada enfermedad de Dupuytren, que consiste en la retracción de los dedos, especialmente el anular y meñique.
— Por último, ¿algún consejo o llamamiento a la población sobre este tema?
—Aconsejo a aquellos pacientes que debuten bruscamente con dolor y adormecimiento en las manos, sobre todo por la noche, y a aquellos que noten cómo adelgaza su mano y pierden la habilidad de uso, que acudan al especialista de Traumatología o a un experto en cirugía de la mano.
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