Según aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera su portavoz y cofundador, Giuseppe Guastella, en el último año se ha dado salida a 36 de ellos con lo que actualmente solo quedan ocho viviendo en las instalaciones del refugio. Según explicó la asociación, la mayoría de ellos han sido adoptados por familias extranjeras residentes en la isla, sobre todo alemanes y de los Países Bajos. Precisamente es, según Guastella, gracias a esta inversión y apoyo extranjero por la que principalmente pueden seguir adelante con su trabajo. «Ibiza4Patas no recibe ningún tipo de subvención de ninguna administración de la isla a pesar de que hacemos un gran trabajo por estos perros y por una raza que es autóctona y un referente para Ibiza y por eso si no fuera porque hay inversores privados que cada mes o mes y medio nos compran el pienso necesario no podíamos seguir subsistiendo». Los ejemplares que se encuentran en Can Patas son de todo tipo y edad, «desde los cachorros que han recogido en el campo y que se encontraban en un estado casi salvaje después de ser abandonados por sus dueños» hasta una hembra que tiene ocho años y que acaba de ser madre. En el refugio se trabaja intensamente por educarles y volver a adiestrarlos y que así puedan tener más fácil acceder a una nueva oportunidad.
«No es un trabajo sencillo porque es una raza que no ha nacido para vivir en un espacio pequeño y entre rejas y porque los que han llegado en estado salvaje no han tenido contacto alguno con el hombre, pero gracias a la interacción con nosotros y con sus propios hermanos de raza poco a poco estamos consiguiendo que vuelvan a poder convivir con las familias que quieran adoptarlos», aseguró Guastella.
Can Patas en peligro
Sin embargo, todo este trabajo de Ibiza4Patas está seriamente amenazado ya que desde hace tiempo la asociación busca un nuevo lugar donde seguir desarrollando su labor porque el dueño de la finca no quiere extenderles su contrato después de ocho años. Por ello, han iniciado una campaña de apoyo que ya ha conseguido recaudar unas 3.500 firmas por todas partes de la isla y han tenido una reunión con el Consell d'Eivissa para exponerles la situación y entre todos poder encontrar una solución. «Nos reunimos con ellos y les hemos planteado la alternativa de que nos cedan alguna de las granjas o cuadras inactivas que hay diseminadas y casi abandonadas en la isla de Ibiza para poder trasladar el refugio y aunque aún no hemos obtenido respuesta sí que se han comprometido a estudiar nuestro problema», aseguró el portavoz de la asociación a este periódico. Algo que, según Guastella no se puede demorar demasiado puesto que el contrato vence en apenas dos meses.
2 comentarios
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El mundo al revés , cuando en la Península, los cazadores se dan de hostias por comprar o conseguir a algún podenco ibicenco, aquí los abandonamos,,
Gracias por vuestra necesaria labor.