Según informaron ayer fuentes municipales, las inspecciones se desarrollaron en coordinación con el inspector técnico de emergencias y con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía de la comisaría de Ibiza.
Durante el operativo, los agentes comprobaron las licencias de actividades de estos establecimientos y aplicaron las medidas restrictivas de suspender la actividad en salas de fiesta, café conciertos y bares de copas.
Al ser informados los responsables de los locales cerrados, dos de ellos se mostraron disconformes con el cierre y tuvieron que ser desalojados con la colaboración de la Policía Nacional. Otros siete fueron cerrados al público sin ninguna actuación.
Controles diarios
Los operativos policiales controlan todas las noches los posibles excesos en la zona de la Marina y otros puntos de Vila. Así, durante la noche del martes, la Policía intervino en cuatro locales.
Fuentes municipales indicaron que los agentes levantaron actas de infracción en tres de ellos y en un cuarto decretó además el cierre, ordenado por la inspectora de Seguridad Alimentaria que dirigió el martes el operativo.
Las mismas fuentes apuntaron que el establecimiento tiene ahora diez días para presentar alegaciones y demostrar que se han subsanado las deficiencias para que se permita la reapertura.
Los controles policiales se prolongarán en el tiempo para garantizar el cumplimiento de las restricciones impuestas para combatir el coronavirus.
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