Pero lo cierto es que antes de la medianoche de este pasado sábado, esta calle normalmente atestada de una muchedumbre asalvajada se encontraba en penumbra y calma. Apenas unos locales de comida rápida, algún supermercado nocturno y tres locales que cuentan con licencia de restaurante mantienen alguna luz encendida. Pero hay vida.
Los vecinos pasean al perro, sacan la basura o, simplemente, deambulan por esta calle para combatir el calor de estas fechas. Se cruzan con algunos grupos de turistas; son jóvenes y no demasiado numerosos, todos llevan mascarillas, algunos incluso la llevan puesta. Se concentran en esos tres locales que cuentan con terraza. Con los niveles etílicos razonables a estas horas de estas fechas a estas edades, Luca y John, dos británicos de 21 y 23 años respectivamente, se quejan de que está todo demasiado aburrido: «too quiet, too quiet» repiten antes de reconocer que entienden que no haya el desfase habitual y que, de ser así, no les hubiera parecido seguro. Mientras, dos de sus amigas se montan la fiesta por su cuenta con la música de su teléfono movil bailando y cantando mientras van de un local al otro que está abierto. El tercero ya está recogiendo las mesas.
Hay algunos corrillos de personas en las penumbras del West. No son turistas, tampoco parece que están de fiesta. Uno de ellos nos pregunta si aceptaríamos su currículum para dárselo a quien pudiera ayudarle ya que es camarero y no tiene trabajo. Massamba tampoco tiene trabajo. El joven africano, que lleva dos años en Ibiza, afirma ser actor aunque ahora se ofrece para trabajar en la obra. Los dos están charlando con Jorge, viene de Barcelona y desde el año pasado regenta el bar Soho en pleno West End. Hoy el Soho permanece con la persiana bajada a la espera de que cambien un poco las cosas o, al menos, las restricciones que impiden que sus clientes pudieran acceder al interior de su negocio, que no tiene terraza. Jorge tiene claro que este año difícilmente cubra gastos y da gracias que él se vuelve a Barcelona este invierno, donde tiene la oportunidad de seguir trabajando, a la vez que lamenta la situación en la que se quedará quién no tiene estos recursos.
Vicent Ribes es un vecino de Sant Antoni de toda la vida. Ya hace mucho que pasó la medianoche y pasea tranquilamente por delante de la persiana bajada del Koppas para escapar del calor. Entiende las repercusiones económicas que esto provoca, pero se siente agradecido por la tranquilidad y la ausencia de orín en cada esquina.
Platja d'en Bossa
En Platja d'en Bossa, la fiesta también se reparte entre los pocos locales que se han aventurado a abrir puertas. Dos clásicos de la zona mantienen un ambiente concurrido. Una patrulla de la Policía Local de Sant Josep, desbordada ante la proliferación de fiestas ilegales en casas particulares de su municipio, controla que uno de ellos no acabe desbordado hasta la acera.
Otro local clásico de esta zona que mantiene sus puertas abierta es el Bora-Bora, donde la poca afluencia de gente permitía un distanciamiento adecuado. No así en los metros de arena que hay entre este local y el mar. Allí, entre los montones de hamacas, se congrega cerca de un centenar de jóvenes con sus bolsas de alcohol y vasos de plástico en pleno botellón. Cada grupo va a la suya y a cierta distancia entre grupo y grupo, que no entre los integrantes de los mismos. La presencia de mascarillas es casi anecdótica hasta que una pareja de la Guardia Civil hace una ronda de control en esta zona.
Más allá de este punto de la carretera de Platja d'en Bossa, el silencio se ha apoderado del ‘glamour' que caracterizaba esta zona. Ahora no son empleados de seguridad sobredimensionados quienes impiden el paso a los espacios más exclusivos, son tapias de madera. Un graffiti en la zona reza: ‘Welcome to reality'
14 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
@Loli., yo pensaba que Sant Antoni no tenía Policía Local, yo tampoco los he visto por ningún sitio, y eso que este año no tenemos ni una tercera parte de la poblacion de Julio que otros años.
16,45 horas.playa del hotel san remo, chico senegalés 1,70 con caja de cartón en mano llena de gafas repartiendo bolsitas entre grupo de ingleses y ofreciendo a toda la playa, incluidos nosotros con 3 niños, 17,15,mismo chico senegalés en las escaleras de la pastelería maramantis con otro grupo de turistas repartiendo mas bolsitas, eso si, llevaba una gran mascarilla blanca, esto es indignante
Dice la noticia q la guardia civil hizo una ronda de control por la playa den bossa. Mi pregunta es, q controlaban , q llevaran mascarillas. Q bebieran alcohol siendo menores no es de su incumbencia , no. Menores bebiendo en via publica, quien los tiene q multar?
Qué maravilla, el West y Playa d en Bossa cerrados...un gran regalo...algo positivo que nos ha dado la pandemia..ahora bien...se debe mantener un control, vigilancia e inspección...no sé muy bien a qué dedican el tiempo las policías locales de Sant Josep y de Sant Antoni...no se les ve por ningún sitio
perdon he querido decir negros
turismo no hay pero negros intentando vender lo que sea, eso no ha desaparecido, echarle un vistazo a las 2 o 3 de la madruga y dos escasos turista y cuatro negras arrededor
Y con lo tranquilo que se está por playa den bossa. Sin coches dando acelerones, sin tiqueteros y camellos que no te dejan dar un paso sin molestarte, sin borrachos desde las 9 de la mañana... Ojalá que no vuelvan a abrir nunca. Y que conste : turismo si, pero no lo que suele venir estos últimos años.
@portmany; Dilo claro, senegaleses. Sí, esos pobrecitos que solo quieren un futuro mejor, pero solo trabaja 1 de cada 10 y algunos llevan más de una década viniendo a vender drogas en el paseo. Se meten 30 en un piso y venga mandar euros para su país. Y en invierno la misma operación pero en canarias. Tienen que tener unas mansiones en Senegal mejores que muchas villas de aquí.
En la última terraza del West a la derecha parece que aún no sé han enterado de que la mascarilla está para tapar nariz y boca, pues la llevan todo el rato en la barbilla, poca limpieza y nulo control a los clientes etílicos que suelen estar en su terraza, enseñando el cu** y gritando desde media mañana. Invito a la policía, al Alcalde, que tanto los defiende, o a Sanidad a que hagan la correspondiente inspección.
La noche ibicenca ? En el West ? Te parece muy ibicenco el nombre? Son ibicencos los dueños de los locales ? Son ibicencos los clientes ?