Agentes de la Policía Local de Sant Antoni y de la Guardia Civil desalojaron a primera hora de ayer a las 126 personas que a las 07.30 horas se encontraban celebrando una fiesta en el interior de la discoteca Amnesia. En la sala se encontraba su propietario, quien alegó que se trataba de una fiesta privada de aniversario. Además de los asistentes, los agentes advirtieron la presencia de un Dj que amenizaba el evento, personal de seguridad y camareros. Minutos antes, un vecino de la zona había alertado de la fuerte música que procedía de la discoteca ubicada en la carretera de Sant Antoni.
Según informaron fuentes policiales, el desalojo de los asistentes se realizó sin problemas mientras los agentes levantaban acta de la serie de irregularidades que se habían encontrado al acceder al interior de la discoteca.
Así, la Policía Local de Sant Antoni levantó sendas actas por incumplimiento de las prohibiciones impuestas por el Govern balear, así como por el incumplimiento de las restricciones impuestas por el Covid-19 en materia de medidas higiénicas y de distanciamiento social.
Paralelamente, la Guardia Civil interpuso una denuncia por incumplimiento de la orden del Gobierno referida a las aglomeraciones, según indicaron desde la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil.
La actuación policial se prolongó durante unas dos horas para llevar a cabo toda una serie de comprobaciones.
Reacciones y críticas
La noticia avanzada por Periódico de Ibiza y Formentera ayer en su edición digital generó una serie de reacciones ya que las discotecas son uno de los sectores que permanecen cerrados por las restricciones impuestas por el Gobierno central y autonómico por el Covid-19.
Preguntado al respecto, el gerente de la Asociación Ocio de Ibiza, José Luiz Benítez, remarcó que «por encima de todo está la salud. Hay que ser serios y responsables: se lo debemos a los miles de personas que han fallecido por el coronavirus y si alguien actúa de forma irresponsable es su problema. La marca Ibiza es lo más importante y cosas como esta hacen daño a la marca», apostilló Benítez.
El gerente de la patronal del ocio subrayó su compromiso de trabajar para proteger la marca Ibiza. «Entendemos que no es el momento de fiestas en villas, barcos o autobuses. Han habido muchos fallecidos y hay que tener prudencia. Por ello, también hay que pedir responsabilidades a la gente que lleva bebidas, catering y Djs a fiestas privadas. Hay que ser serios y responsables. Las fiestas ilegales son un problema», insistió.
Respecto a futuros cambios en el panorama de las discotecas, Benítez apuntó que en los próximos días está prevista una nueva reunión con el Govern para analizar la situación. «Ibiza debe ser sinónimo de seguridad. Nadie quiere un rebrote y si todos lo hacemos bien igual en 15 ó 30 días hay novedades, pero no podemos tirar por la borda todo lo conseguido para volver a un confinamiento», argumentó el gerente de Ocio de Ibiza.
Por su parte, Jesús Sánchez, presidente de la Asociación Balear de Ocio Nocturno, de la que forma parte la discoteca Amnesia, lamentó los hechos pero circunscribió la problemática a la ley de excesos del Govern balear. «No me parece nada bien (la fiesta) y las autoridades deberán pedir responsabilidades si se ha hecho algo mal, pero realmente, poco más de cien personas en una sala con aforo para 3.000, me parece irrisorio», argumentó.
En este sentido, Sánchez tildó de «leoninas» las condiciones impuestas y «poco ajustadas a ley. Insisto, 130 personas en una sala como Amnesia es una minucia y no representa ningún peligro».
Jesús Sánchez abundó en este hecho a pesar de que, en el caso de Sant Antoni, la ley de excesos hace referencia a la zona del West End. «Se está siendo muy injustos con Sant Antoni, Playa de Palma y Magaluf. Son negocios con licencia obtenidas en derecho de ley y una vez levantado el estado de alarma no se pueden mantener esas prohibiciones. Es aberrante», enfatizó el presidente de la patronal balear, quien añadió que el Govern ha aprovechado el coronavirus para imponer su ley.
Asimismo, expresó su confianza en que si los datos epidemiológicos son óptimos, el Govern «levante un poco el pie» y advirtió otra serie de problemas colaterales. «El ocio incontrolado es el peor de los escenarios», indicó Sánchez, quien añadió que «nosotros hemos colaborado con el Ministerio de Sanidad; hemos cerrado pistas de baile con mesas y sillas, y tenemos medidas higiénicas en los baños desde hace años, pero las medidas impuestas, con el cierre a las 02.00 horas, desembocan en botellones», denunció Sánchez, quien concluyó que las medidas «están fomentando las fiestas privadas en villas y barcos, fiestas en las que se cobra y no hay medidas de seguridad ni control».
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