Según informaron ayer fuentes municipales, el operativo está formado por dos agentes que regulan el tráfico y estacionamiento de vehículos así como el aforo máximo de las playas, cada día, entre las 10.00 y las 18.00 horas, horario en el que está restringido el acceso rodado a estas calas.
La vigilancia se refuerza en las horas centrales del día con un agente más y con un dron, que controla de forma aérea que se cumplan las distancias de seguridad para evitar la propagación de la COVID-19.
Desde el Consistorio explicaron que con este dispositivo, durante las primeras semanas se han evitado aglomeraciones y se han controlado ambas playas, que suelen contar con una gran afluencia de visitantes.
La Policía Local continuará a cargo de este operativo mientras dure la desescalada y hasta que finalicen los trámites para el concurso del servicio de control de acceso a Cala Salada, suspendido durante el estado de alarma.
Asimismo, próximamente se pondrá en marcha el servicio de bus, que une la estación de autobuses de Sant Antoni con el aparcamiento de Can Coix y la playa, y se prevé recuperar el transporte marítimo hacia estas calas.
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