La Santa Sede dará a conocer esta decisión previsiblemente hoy, tras haber sido aprobada por el dicasterio de la Congregación para los Obispos, cuyo prefecto es el cardenal canadiense Marc Ouellet.
La Iglesia de Ibiza quedará a partir de este momento en situación de sede vacante, por lo que, según determina el Código de Derecho Canónico, será regida por un administrador. El Colegio de Consultores de la diócesis se reunirá cuando el Vaticano haya publicado en el ‘Bolletino', órgano oficial de la Santa Sede, el traslado de Vicente Juan a Valencia, donde el cardenal Cañizares Llovera –metropolitano de la Provincia Eclesiástica Valentina, a la que pertenece la diócesis de Ibiza– asignará nuevas responsabilidades y funciones pastorales a Vicente Juan Segura.
Aún cuando la Santa Sede puede designar directamente a un administrador apostólico para el periodo de sede vacante, está previsto que el Colegio de Consultores de Ibiza nombre a un administrador diocesano, que será elegido directamente de entre los miembros del clero pitiuso. El administrador regirá la diócesis ibicenca hasta el nombramiento del nuevo titular, aplicando el principio canónico nihil innnovetur. No se pueden introducir cambios ni efectuar nombramientos de calado porque es un periodo de transición durante el que se garantiza el gobierno ordinario de la diócesis respetando la situación que deja el prelado saliente.
Doble doctorado y diplomático
Vicente Juan Segura realizó los estudios eclesiásticos en el seminario de Valencia y en el Real Colegio Seminario de Corpus Christi. Fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1981. Con una sólida formación humanística y teológica, es doctor in utroque iure en Derecho canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, en Roma (1988), y en Derecho Civil por la Universidad de Valencia (1989).
Realizó los estudios diplomáticos en la Pontificia Academia Eclesiástica de 1985 a 1988 e ingresó el 1 de Julio de 1988 en el Servicio Diplomático de la Santa Sede. De 1981 a 1985 desempeñó el cargo de vicario parroquial en San Antonio Abad (Cullera, Valencia). Después fue secretario de en tres nunciaturas apostólicas: Costa Rica (1988-1990), Marruecos (1990-1991) y Mozambique (1991-1994).
En 1994, como consejero de Nunciatura, fue nombrado jefe de la sección de lengua española de Secretaría de Estado del Vaticano. En Roma también fue cooperador en la parroquia de San Melchiade y capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. El 22 de enero de 2005 –el próximo miércoles se cumplen 15 años–, la Santa Sede hizo público que el Papa Juan Pablo II lo había nombrado obispo de Ibiza. Fue ordenado obispo y tomó posesión el 14 de mayo, coincidiendo con el inicio del pontificado de Benedicto XVI. Escogió como lema personal la frase Mihi vivere Christus est. El consagrante principal de su ordenación episcopal en la Catedral de Ibiza fue el cardenal argentino Leonardo Sandri, en la actualidad prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. En 2005 era sustituto de la Secretaría de Estado.
En la Conferencia Episcopal Española, el prelado de Ibiza primero fue miembro de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Vida (2005-2008). Después pasó a formar parte de la Comisión Episcopal del Apostolado Seglar, hasta que, desde el 2011, pertenece a la Comisión de Patrimonio Cultural.
Extenso episcopado
En declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera el pasado mes de mayo, coincidiendo con el 14 aniversario de su ordenación episcopal, Vicente Juan manifestó: «Tengo la suerte de ser el segundo obispo que más tiempo ha estado en Ibiza. Como llevo muchos años pues he podido hacer muchas cosas, con la colaboración de la gente. No he cerrado parroquias, sino que he construido en barrios donde hacían falta. Pero si lo he hecho no es por mis méritos, sino gracias a la ayuda de la gente. Cuando yo llegué había tres cofradías de Semana Santa; hoy hay siete en Vila. Pero no son méritos míos, sino de la gente que es buena. Antes no se hacía procesión de la Virgen de las Nieves ni de San Ciriaco, porque la gente buena colabora».
El obispo de Ibiza afirmó que «mi principal preocupación no es la economía, sino que las personas sigan siendo cristianas y católicas y que se comporten como tales. Lo que deseo es que la gente viva conforme nos enseñó Jesús». Sobre la asignatura de Religión en la escuela pública, declaró Juan Segura que «en Ibiza tenemos buenos profesores pero ojalá tuviéramos más. En el colegio de San Agustín hay más de 300 alumnos de religión. Siempre insisto en que los chicos deben recibir su formación de la familia, la escuela y la parroquia. Tiene que haber clase de Religión porque no es obligatoria, los padres eligen y las autoridades tienen que cumplir esto», concluyó.
31 comentarios
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Em sembla que no el trobarem a falta a aquest peça...
A ver a quien ponen en su lugar. Suena que nos colocan un mallorquín.
Detrás de muchas de las buenas obras que ha hecho este señor hay muchas personas, voluntarios, etc. que han trabajado de buena voluntad y que él ni se ha dignado a mirarles a la cara para darles un saludo y una sonrisa, que es lo mínimo que hubiera podido hacer.
L'actitut del bisbe era bastant normal fins als 3 ó 4 primers anys d'estada a l'illa. Després, no sé què li va passar pel cap, que es va transformar en un personatge orgullós i prepotent sense educació ni sensibilitat de cap tipus. Bon viatge !!
Acertaras palabras Pau.
Esto es lo único que le faltó: “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
Usando el Evangelio podemos argumentar que no ha sido un buen guía. “Por sus obras los conocereis” no se trata de palabras grandilocuentes, ni de figuras que nos atraen por su verborrea o por una apariencia deslumbrante… ¡No! El criterio de verificación son las obras… Oír no sólo lo que dicen, sino mirar cómo viven, como actúan… Porque, como dice Jesús, al árbol se lo conoce por sus frutos…
cansado el mio no
@Cansado, Y los que damos una de cal y otra de arena? Nuestra opinión no cuenta?
Si tienen que ser los curas los que salven las almas lo tenemos molt futut