Asfaltado de la carretera de Sant Joan durante las obras de mejora y ampliación de la vía.

El Consell d'Eivissa debe cerca de un millón de euros en expropiaciones por la reforma y ampliación de las carreteras de Sant Miquel y Sant Joan. Y aunque no hay un plazo máximo para pagar la deuda, todo el tiempo transcurrido desde el acta de ocupación hasta el pago de justiprecio debe pagarse con intereses de demora.

Cabe recordar que las expropiaciones se pagan en dos tandas: primero se hace un pago inicial del 70% del depósito previo (por lo que los terrenos pasan a ser titularidad del Consell para la realización de la obra) y, después, se paga el justiprecio (indemnización que el beneficiario de la expropiación tiene que pagar al expropiado) con lo expropiado realmente.

En lo que respecta a la carretera de San Miquel, donde se expropiaron un total de 149 fincas, la deuda aún supera los 400.000 euros ya que, de momento, solo ha finalizado el procedimiento de justiprecio de 30 fincas siete años después de su finalización.

El presupuesto inicial con el que contaba la reforma de esta carretera y la construcción de un carril bici fue de 12 millones de euros que, al final, aumentaron hasta los 15,2 millones por los imprevistos relacionados con el hallazgo de restos arqueológicos y desajustes en las mediciones de los servicios de electricidad y telefonía.

En cuanto a la carretera de Sant Joan, con un total de 211 fincas expropiadas, ninguno de los propietarios ha recibido su parte todavía. De este modo, la máxima institución insular debe 515.000 euros por la reforma y ampliación del vial.

Los trabajos de ampliación, que contaron con un presupuesto que inicialmente rondaba los 11 millones de euros, empezaron a finales de 2014 y finalizaron 20 meses después.

Durante las obras se registraron incidencias, que aumentaron el presupuesto en más de un millón de euros, como la aparición de restos arqueológicos o el hallazgo de una cueva de murciélagos protegidos que obligó a cambiar el proyecto inicial en el cruce con la carretera de Portinatx.

Ante esta situación, Mariano Juan, conseller encargado en materia viaria, consideró que «esta herencia recibida no es buena y es muy preocupante tener estos retrasos».

En esta línea, el conseller indicó que desde la institución se está estudiando la posibilidad de contratar un refuerzo externo que ayude a «desatascar» el servicio.