La sala Refectori del Ajuntament d'Eivissa acoge hasta 28 de agosto una exposición de fotografías de Dalt Vila que realizó en 1972 y 1973 Guillermo Monforte por encargo del arquitecto Luis Cervera Miralles. Son unas 50 imágenes que reflejan la vida, los edificios, las calles o las tiendas de esta zona, seleccionadas por el concejal de Cultura de Ibiza, Pep Tur, y la técnico del consistorio, Ana Colomar, partiendo de unos 700 negativos adquiridos por el Arxiu d'Imatge i So Municipal d'Eivissa para mejorar su fondo.
Foto: Daniel Espinosa.
Además, según explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera la directora del archivo y exconsellera balear de Cultura, Fanny Tur, la exposición coincide con tres aniversarios. «En este 2019 se cumplen 50 años de la declaración de la ciudad amurallada como Conjunto Histórico Artístico, 20 de la declaración de Dalt Vila y sus murallas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y 30 de la creación del Arxiu d'Imatge i So d'Eivissa, y por eso la muestra puede ser magnífica para entender los cambios de la zona en estos años».
Foto: Daniel Espinosa.
En este sentido las fotografías «explican una realidad» y según Tur «son tan buenas que no necesitan un pie de foto». Además, su selección se ha realizado «atendiendo a su valor histórico para reflejar una calle, un comercio o una fachada, y a su composición artística, su contraste de luces y sombras o blancos y negros». Incluso, desde el Ayuntamiento se barajó la posibilidad de comparar estas fotografías con la actualidad. «Cervera Miralles también encargó fotografías de las mismas zonas en los noventa para ver como había cambiado todo y por eso se pensó que sería interesante una exposición con imágenes también de nuestros días para comprobar la evolución cada dos décadas». Sin embargo, la idea se descartó «porque las de Monforte son tan buenas que hablan por si solas y porque todos tenemos muy presente como son ahora la Plaza de Vila, la Plaza de la Catedral o la Calle Mayor».
«Trabajar luchando contra la nostalgia»
Lo cierto es que cualquiera que visite la muestra Dalt Vila 1972-1973 comprobará el enorme cambio que ha sufrido Dalt Vila, donde no hace mucho tiempo había gente viviendo y comercios abiertos, no sólo en verano. Una época que la propia Tur vivió muy de cerca. «En el archivo siempre se trabaja luchando contra la nostalgia pero en este caso más aún porque me críe en la Marina, con amigas de Sa Penya o Dalt Vila, y conocí en primera persona el éxodo de muchos ibicencos hacia las zonas más modernas de la ciudad». Por ello, la exconsellera sabe de que habla.
Foto: Daniel Espinosa.
«El golpe definitivo para Dalt Vila fue quedarse sin colegios, cuando cerró el Seminario, pero desde la declaración de Dalt Vila como Patrimonio de la Humanidad poco a poco se han recuperado cosas pero la despoblación de la zona es responsabilidad de todos, desde las administraciones a los vecinos y los comerciantes y no es algo que suceda únicamente en Ibiza».
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