Ante la falta de amarres y la fuerte demanda, Ports IB del Govern está tramitando el Plan General de Puertos de Balears, que aborda la problemática de la carencia de amarres y establecerá medidas «para optimizar el uso de los puertos y de este modo dar respuesta a la demanda».
Tener un amarre en el puerto de Sant Antoni, por ejemplo, resultaba imposible pero, a partir de ahora, se ofrecerán unos 200 amarres para embarcaciones de recreo, «un 70% de su ocupación», tal y como afirmó César Pavón, jefe del Puerto.
Desde el puerto de Sant Antoni también manifestaron que en el Plan de Usos del Puerto «están contemplados todos los servicios» y el porcentaje restante «estará destinado para pesca, charters o golondrinas».
El perfil del usuario de estos amarres es mayoritariamente ibicenco.
Por ejemplo, uno de los afectados, Camilo Mínguez, se inscribió en esta lista en el año 1992, y después de 20 años de espera, consiguió ese amarre aunque se vio obligado a «comprar un nuevo barco con las medidas que el amarre exigía» y denuncia que actualmente «todo son trabas administrativas para conservar este lugar»
La lista de espera va creciendo y se va actualizando «prácticamente cada día», y cada vez son más los usuarios que desean disfrutar de un lugar fijo de amarre para su embarcación.
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