El animal era pequeño y tenía enredada una de sus patas a la bolsa, que contenía letras en árabe.
Los chicos de la escuela permanecieron con la tortuga sin cortarle el plástico hasta que llegaron los agentes de Medio Ambiente y la trasladaron a la clínica veterinaria Eivivet, donde hicieron las correspondientes analíticas al animal. Posteriormente, la llevarán al Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM) de Sant Antoni.
Acto que Verónica Nuñez, oceanógrafa del CREM, agradeció porque según aseguró «liberar a una tortuga que ha estado enganchada a un plástico y soltarla al mar, es condenarla a la muerte. Necesita un tratamiento veterinario adecuado debido a que normalmente cuando se ha permanecido enredada a un plástico suele tener algún tipo de complicación interna como anemia o haber ingerido plástico intentando liberarse y tenerlo acumulado en el tracto digestivo».
La oceanógrafa señaló que la tortuga estaba «activa y aparentemente bien, pero hay que esperar el resultado de la analítica».
Si la analítica está correcta, se quedará durante un tiempo en observación en el CREM, donde la engordaran y esperarán a que coja fuerzas y «cuando veamos que está bien la soltaremos», concluyó Verónica.
1 comentario
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Muchas gracias!! Que lástima ver a estos pobre animales sufrir y morir por la basura en la que estamos convirtiendo nuestros mares.Los que morirán sin recibir ayuda alguna,