Los agentes de la pratulla nocturna de la Policía Local que se encargó de custodiar los huevos. | Daniel Espinosa

El retén de la Policía Local de Ibiza custodió ayer los huevos de la tortuga que, en la madrugada del jueves, llegó a Platja d'en Bossa para desovar. Durante todo el proceso, los agentes de la Policía Local establecieron un perímetro de seguridad a causa de la gran cantidad de curiosos que quisieron acercarse para ser testigos del curioso acontecimiento.

El centro de coordinación del 112 recibió una llamada a las dos de la madrugada alertando de que había «una tortuga grande que estaba en medio de una playa intentando poner huevos y que nos acercáramos cuanto antes». La playa en cuestión era Platja d'en Bossa, junto al espigón donde las embarcaciones ubicado a la altura de la calle sa Punta.

Una patrulla nocturna de la Policía Local de Ibiza se desplazó hasta es punto y observó a la tortuga realizando el desove. Al llegar, los agentes prefirieron «seguir su instinto» y dejar a la tortuga actuar mientras ellos, a la vista de que la zona se llenaba progresivamente de viandantes «que trataban por todos los medios de ver y tocar a la tortuga», decidieron acordonar la zona para proteger a la tortuga «tanto de las manos como de los flashes que la estaban aturdiendo», explicó ayer por la tarde uno de los agentes de la patrulla nocturna, que prefirieron mantenerse en el anonimato.

Mientras todo esto ocurría, el centro de coordinación del 112 hacía lo posible por contactar con agentes especializados en medioambiente para que pudieran aconsejar y hacerse cargo de la situación, ante el desconocimiento de los agentes de la Policía Local.

Cuando terminó el proceso, casi una hora y media después, la propia tortuga «estaba tan cansada y aturdida por el revuelo, que ni enterró los huevos», señaló una de las agentes. La tortuga se adentró en el mar dejando muchos de los huevos a pocos metros de la orilla o enterrados a muy poca profundidad «al alcance de cualquiera».

Ante estos hechos, los agentes explicaron que se vieron en la obligación de «poner los huevos en una caja y protegerlos». Había mucho riesgo de que los huevos fueran retirados por las personas o pudieran sufrir cualquier tipo de incidente, por lo que un agente de la Policía Local los retiró de manera muy delicada y con mucha precaución, depositando los huevos en una caja de cartón que fue cubierta posteriormente con arena de la playa y trasladada a la comisaría hasta que los agentes de la Conselleria de Medi Ambient se hicieron cargo de ellos activando el protocolo de actuación pertinente.

Más tarde, la Policía Local volvió a recibir otra llamada alrededor de las cinco de la mañana, en la que les pedían que volvieran a la playa «porque había gente escarbando en la arena buscando esos huevos». A la vista de los hechos, los agentes quisieron hacer un «llamamiento a la sensibilidad de las personas» para que, en el caso de que se repitiera este hecho, intenten no intervenir en el proceso y llamen al 112.