Viviana de Sans en la plaza del Parque de la ciudad de Ibiza. | Daniel Espinosa

Viviana de Sans ha sido vicepresidenta primera del Consell d'Eivissa. Aspira a presidir la institución los próximos cuatro años.

¿Puede hacer una valoración de estos cuatro años en el gobierno del Consell d'Eivissa?
—Ha sido una legislatura de mucho trabajo. Es cierto que las administraciones son lentas, mucho más de lo que una quisiera, pero tengo la sensación de que dejamos una isla muy diferente de la que nos encontramos en 2015. Por ejemplo en protección del territorio, en temas sociales, en movilidad con la apuesta por los vehículos eléctricos. Somos un territorio puntero seleccionado por Europa, algo que ha sido un éxito. Todo esto marca una dirección para la isla que antes no había.

Se diría que todas estas cosas están a medias, sin concluir...
—Sí, porque la Administración es lenta, pero todo está encaminado y el modelo es más sostenible. Dejamos una isla mucho más acorde al sentido común de la ciudadanía, donde hemos conseguido alargar la temporada y que no haya esa sensación de saturación. Hemos decrecido en julio y agosto. No hay colapso y las cifras de ingresos por turismo han sido de récord. Ir hacia un modelo donde la temporada sea más larga, es positivo. Pero también pensamos que hay que diversificar la economía.

¿El balance es satisfactorio?
—Si. Claramente. Somos partidos distintos y a veces cuesta sacar adelante las cosas, pero hemos antepuesto la estabilidad del gobierno a intereses partidistas o personales.

¿Qué me dice de la dificultad del acceso a la vivienda?
—Que haya unas 70 viviendas sociales en Ibiza debería hacer caer la cara de vergüenza a los gobiernos anteriores. En la anterior legislatura no se hizo ninguna vivienda y se retiró la oficina del Ibavi. En aquella época se producía un desahucio cada día en Ibiza y la inacción fue absoluta. Nosotros hemos puesto sobre la mesa la prohibición de los pisos turísticos. Y ahora ya hay un plan de construcción de viviendas, con 206 pisos previstos. Hay que dar soluciones a las familias que lo necesitan. Hay qur limitar el precio del alquiler porque con el libre mercado no estamos dando soluciones. Hay que seguir haciendo más VPO para alquier social y hay que comprar suelo. Seguiremos trabajando con los ayuntamientos para que la inspección del alquiler turístico sea mucho más contundente de lo que ha sido en estos cuatro años.

¿Está a favor de que Ibiza gestione el ciclo integral del agua?
—Absolutamente. Exigimos la gestión de la competencia. Es fundamental. El objetivo final es que en todas las casas haya agua buena para beber en el grifo. Se ha avanzado bastante, pero la parálisis en infraestructuras hídricas en la pasada legislatura fue tremenda. Empezando por el emisario de Talamanca, que el candidato del PP al Govern, Biel Company, dijo que era imposible de hacer y en seis meses se hizo. La interconexión de las desaladoras, la desaladora de Santa Eulària. En Londres, el agua depurada se suministra a los hogares. La tecnología lo permite pero aquí tenemos una falta de innovación brutal.

¿Qué propone en materia de residuos?
—Es fundamental que Ibiza se sume a los territorios que han declarado la guerra al plástico de un solo uso. El Govern balear impulsó una Ley de residuos puntera y hay que aplaudirlo. Pero es algo que afecta a toda la sociedad, no solo a las administraciones. Hay que hacer recogida selectiva de residuos orgánicos y con los ayuntamientos hacer un plan para esto. Queremos que haya máquinas para reciclar los envases, algo que se hace un muchas partes. Hay que reducir los residuos y que en ningún lugar sirvan botellas de plástico sino de vidrio.