José Luis Cubillo, representante sindical de UGT, explicaba que las agresiones a funcionarios de prisiones son algo «más habitual de lo que se da a conocer a los medios», sobre todo en «Centros Tipo que cuentan con módulo de aislamiento y presos peligrosos». Apuntaba que la situación en este aspecto de la cárcel de Ibiza es «buena dentro de lo que cabe», al no tratarse de un centro de máxima seguridad y no tener un número muy alto de reclusos.
Desde los sindicatos calculan que a nivel estatal existe un déficit de 3.500 o 4.000 funcionarios. En cuanto a medios coercitivos, mostró a modo de ejemplo los guantes de cacheo que utilizan de forma regular que calificaba como «una vergüenza» al ser similares a unos guantes de jardinero y no ofrecer ninguna seguridad a diferencia de los guantes anticorte que usan cuerpos como la Guardia Civil o la Policía Nacional.
También reivindicaba la consideración de los funcionarios de prisiones como agentes de la autoridad, que en España ostentan los profesores o los conductores de autobús. «¿Qué mayor autoridad puede haber que la de alguien que puede quitarle la libertad a otra persona por la orden de un juez?», se preguntaba.
Por otra parte, la falta de personal es el principal problema del Centro Penitenciario de Ibiza según los funcionarios. Existe un déficit de plantilla de en torno al 25-30% debido, principalmente, al alto precio de la vivienda.
Un recluso que actualmente cumple condena en el Centro Penitenciario de Ibiza, Andrés Fiol, expresaba en una misiva recibida en fechas recientes su malestar por la situación de los funcionarios de prisiones. Solicitaba su consideración como agentes de la autoridad y una solución a la falta de personal. Indicaba que se trata de un problema que en el centro «crea un ambiente tóxico» tanto para los funcionarios como para los reclusos.
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