La feria de stocks de Sant Antoni lleva a la carpa el ‘bueno, bonito y barato'

Ayer por la mañana la carpa de fiestas de Sant Antoni, donde está instalada esta feria de las gangas, estaba tranquila pero con movimiento. Familias con carritos, gente joven y no tan joven -se nota la afluencia de turismo del Imserso- paseaba entre los expositores de los 22 negocios del municipio que ofertan prendas de todos los estilos y temporadas.

Entre los puestos estaba el de New Life Vintage. Añe contaba que la mañana iba bien, pero que esperaba que la tarde y sobre todo al día siguiente [por hoy domingo], hubiera más afluencia de público. En sus perchas, camisas variadas entre ocho y 12 euros, vaqueros de marca a 10 o 15. El objetivo es liquidar todo aquello que está en el almacen y no se le ha dado salida para traer género nuevo. Aun así podían verse en sus perchas vestidos muy interesantes tanto de primavera como de invierno y cosas más para el verano. Todo muy vintage, como el nombre de la tienda indica.

Muy simpática y atenta, Raquel, de la tienda Bambú, calificaba la mañana de «entretenida». Cuando ve que el periodista lo apunta se ríe. «Te hubiera dicho otra cosa», señala. Su negocio está ahora mismo cerrado. Lleva muchos años participando en la feria, una iniciativa que agradece mucho, dado que le sirve para vender el género del que ya le quedan cosas sueltas y arrancar para la nueva temporada. «Tener el género parado es al final un problema, con lo que vendemos aquí invertimos en género nuevo», explica. Si bien veía movimiento a lo largo de la mañana, indicaba que estaban preparados para más. En sus perchas había shorts, vestidos de todas las temporadas, camisetas, camisas y complementos. Todo femenino y muy a la moda. En la tienda tienen ropa tanto masculina como femenina, pero «hay que ser realista, por cada hombre que viene de compras se pasan 10 mujeres».

El negocio que sí tiene abierto todo el año es Euromoda, con Toni a la cabeza. Ayer dejó la tienda de la que tomó las riendas cuando se jubiló su madre para sacar el stock a la calle. O mejor dicho a la carpa. Su negocio lleva más de 40 años en el pueblo y espera poder mantener abierto todo el año mucho más tiempo. Aunque el invierno es una época «muy floja», considera que es bueno mantener las puertas abiertas a la clientela todo el año. Algo que, además, «sirve para dar vida a las calles del pueblo».