La Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos hizo entrega ayer a Miguel García-Junco del premio al mejor expediente académico en la licenciatura de medicina. El joven de 25 años, residente en el Hospital de La Fe de Valencia, donde ejerce la especialidad de radiología, obtuvo 19 matrículas de honor en el curso 2016-2017. «Es un premio al esfuerzo y la dedicación, tanto mía como de mis familiares y mis amigos» valoró García-Junco, que desde el atril expresó un especial agradecimiento hacia su madre, también profesional de la medicina. El joven es beneficiario de la Fundación desde los 22 años, cuando falleció su padre, también médico.
Desde la mesa de la presidencia, la gerente del Área de Salud de las Pitiusas, Carmen Santos, se mostró orgullosa de que el premio se otorgara a un estudiante ibicenco, «hijo de médicos compañeros de la isla», y espero que «pronto» se le pueda ver en Can Misses ejerciendo su especialidad, Radiología, «de la que tanta necesidad tenemos en este centro».
García-Junco indicó que Ibiza no estaba en su perspectiva de futuro cercana, dado que «la situación no es la mejor para venirse para acá», aunque recordó que le quedan cuatro años de ejercicio de su especialidad en La Fe y tras ese período será cuando lo tenga que valorar.
Oficina de la segunda víctima
Durante el acto, el psiquiatra y responsable coordinador de la Oficina de Ayuda a la Segunda Víctima del Colegio de Médicos de Balears, Carles Recasens, presentó la instauración de esta oficina en Ibiza. Se trata de un instrumento con el que se busca ayudar a los médicos de las posibles consecuencias psicológicas que se puedan derivar de situaciones de eventos adversos (EA), es decir, daños no intencionales causados al paciente como resultado clínico no esperado de la asistencia sanitaria y que pueden estar o no asociados a un error clínico.
Esta iniciativa del Colegio Oficial de Médicos de Balears es pionera en España. Se inició en Mallorca en el mes de octubre y ahora llega a Ibiza donde tendrá como responsable al psiquiatra Gustavo Lucas.
Se trata de un proyecto que busca afrontar la situación de «segunda víctima», acuñado en el año 2000 por Albert Wu y definido en 2009 por la investigadora Susan Scott como «todo profesional sanitario que participa en una EA, y que se convierte en víctima en el sentido que queda traumatizado por el evento».
«La oficina quiere atender al médico en un momento en el que ve afectado el principio de beneficencia» al paciente, explicó Recasens, dado que no se ha beneficiado sino que, por el motivo que sea, se ha provocado un perjuicio. En esta situación, ocasionalmente, el profesional sanitario no tiene herramientas para superarlo y sufre unos síntomas similares a los del estrés postraumático y de la depresión. «El médico se queda solo y sufriendo», lo describió el psiquiatra.
Además, «se trata de una situación en la que en la mayoría de gerencias o de empresas aún persiste una actitud de miedo en el profesional a una acción punitiva por parte de la gerencia, por lo que el médico intenta mantener esta situación en secreto», por lo que sufre en silencio este trauma con el problema añadido de que al día siguiente tiene que ir al mismo centro de trabajo y a veces tratar casos similares.
La oficina atenderá y tratará a los médicos que se encuentren en esta situación de forma confidencial y deslocalizada de Can Misses, a petición personal de los profesionales. Podrán plantearse el desarrollo de medidas preventivas a través de cursos o charlas.
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