La representante de los trabajadores, María del Carmen Morán, explicó ayer en la sede de Comisiones Obreras (CCOO) en Ibiza que en ningún momento se informó ni a los trabajadores ni a los enlaces sindicales de la subrogación del contrato, cuando el Estatuto de los Trabajadores obliga a que se informe a los trabajadores de esta nueva situación. El día 19 la empresa saliente hizo firmar el finiquito a los trabajadores en una tablet. Al día siguiente, ya estaban trabajando para Operadora Can Misses SL, concesionaria del servicio que ahora lo gestiona de forma directa.
Finiquito incompleto
«En el finiquito faltaban: días festivos, vacaciones y más cosas», explicó Morán. La empresa apremiaba a los empleados, según ellos mismos, a firmar ese documento casi sin leerlo y sin entregarles una copia del mismo. Algunos lo firmaron, unos 15 o 20 empleados que todavía no han cobrado ese finiquito. Otros decidieron no firmar, asesorados por sus compañeros.
Los trabajadores denunciaron esta situación a Inspección de Trabajo el pasado 5 de septiembre e indican que todavía no han recibido respuesta. «Estamos pagando el pato sin tener por qué», indicaba esta trabajadora del servicio de cafetería que pedía que se les finiquitara correctamente y que «cuando se hagan estas transacciones» no sean siempre los trabajadores los perjudicados. Se trata de la quinta vez que cambia la empresa encargada de ofrecer este servicio en los últimos cuatro años.
La empresa saliente es, ahora mismo, ilocalizable. «Llaman directamente a trabajadores a los que informan de que no hay ningún problema si mandan un correo y admiten el finiquito que ellos presentan», explicó Morán.
Considera que «se engañaba a la gente», dado que se les pedía que firmaran rápido porque se iba a cambiar de empresa, generándoles dudas sobre si cobrarían. Algo que Morán dice que nunca se había hecho así en ninguno de los siete procesos de subrogación por los que ha pasado, en los que las empresas se sentaban con los empleados y les explicaban la situación.
Contratos fraudulentos
Durante el procedimiento de subrogación denuncian también que descubrieron que se habían llevado a cabo varios contratos en fraude de ley en los que «no se respetaban antigüedades ni categorías profesionales», indicó Oscar Ramón, delegado sindical que trabaja en el servicio de cocina. A través de las vidas laborales identificaron estas irregularidades.
Desde 2016 hasta febrero de 2018, a los nuevos empleados se les hicieron contratos eventuales consecutivos. Dado que no existe una antigüedad registrada, estos empleados se encuentran ahora con que no se les recoge les reconoce más allá de febrero de 2018, cuando se hizo el último contrato. En ocasiones ni siquiera se llegaron a firmar, según indican los trabajadores.
Además indican que los nuevos contratos se hacen con la información que dan los propios empleados, dado que la empresa anterior no ha pasado estos datos a la concesionaria.
Hace poco tuvieron una asamblea informativa en el hospital a la que acudió personal de recursos humanos que informó de que incluso se había intentado contactar con la empresa subcontratada a través de burofax sin obtener respuesta.
Exigen a Inspección de Trabajo «o a quien corresponda» que intervenga para solucionar esta situación, sino a partir de la semana que viene anuncian «paros de media hora como medida de presión para que se mueva algo», dijo Morán. «Nosotros simplemente queremos cobrar nuestro finiquito. Lo necesitamos, porque nosotros trabajar hemos trabajado», concluyeron.
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Pues no se a que esperan a pedirles responsabilidades a los verdaderos culpables que los trabajadores pasen por las penurias a que les someten las concesionarias, que no son otros que los socialistas ( Thomas ; Tarres, Antich, Armengol, etc) que decidieron que este hospital fuera una concesión y que subcontraten con empresas que todavía precarizan mas a sus empleados y empeoran los servicios.