La apertura de la tercera jornada de prostitución y salud promovida por la organización sin ánimo de lucro Médicos del Mundo empezó ayer con la intervención de dos célebres activistas para poner en contexto la situación global y nacional de la prostitución y la trata, un término que, coinciden, «van de la mano».
Mujer devaluada
La política, activista LGTBI y escritora Beatriz Gimeno presentó su ponencia, La prostitución como consecuencia de un mundo global, abordando el problema de la trata como un negocio que implica de forma directa a grandes multinacionales, que funciona con las mismas leyes de la oferta y demanda que rigen nuestro mercado neoliberal y cuya evolución está desembocando a una ruptura de convencionalismos sin precedentes.
Tal es el punto, que Gimeno alertó que «la industria está generando demanda de prostitución. No solo en los países pobres se anima a que sus mujeres se prostituyan para ‘reactivar' la economía, sino que internet ahora es un puerta inmensa a ese mundo y se está incitando a los jóvenes a consumir prostitución». Así explicaba cómo funciona la cadena de la trata a nivel global la activista, apuntando directamente al Banco Mundial, «cuando la deuda aprieta ¿qué incentivo tienen estos países? Ninguno, entonces, el resultado es la condena de las mujeres de países pobres a la prostitución, algo que sale más rentable que su educación». Asimismo, Gimeno alertó de los cambios que todo ello está provocando a nivel cultural, «la crisis ha feminizado a los hombres en cuestión de precariedad. Como el pilar de la masculinidad se ha puesto en riesgo, esto ha derivado en una tensión social traducida en el feminicidio y en un aumento de la crueldad contra la mujer». Además, la activista hizo alusión al término de la «mujer devaluada: más accesibles, baratas y jóvenes», ya que la investigación que la ONG ha llevado a cabo apunta a un aumento de la prostitución infantil, «no porque crezca la pederastia sino porque es un mercado que busca un perfil desempoderado», señaló Gimeno que concluyó su ponencia postulándose a «acabar con la tolerancia y normalización, porque la trata es una institución que reproduce la desigualdad».
Negocio redondo
La actriz y directora Mabel Lozano lleva 13 años trabajando de forma activa en multitud de casos, así como en las diferentes fases de la trata, «captación, proceso y ‘caducidad'». Tras realizar varios cortos como Chicas nuevas 24 horas, investigaciones en países de origen y postularse en pro de una legislación efectiva, no descubrió lo que había detrás del negocio hasta que Miguel, un proxeneta español, contactó con ella. «La trata es la segunda industria ilícita que más ingresos genera en el mundo, un lobby y genera 8 millones de euros en negro en España» algo de lo que, según Lozano, se benefician 20 españoles propietarios de todos los burdeles del país, macroprostíbulos con 200 mujeres hacinadas. «Rumanas, paraguayas o nigerianas...Varias generaciones de la misma familia se ven abocadas a la prostitución. Se rompe el cliché de la voluntariedad, porque lo que no esperan son las condiciones. El verdadero negocio está en el sistema de plaza por el que una mujer paga por dormir y comer, aumentando su deuda. Ese es el éxito, aunque no haya clientes».
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