Ana María Costa Ramón, en la imagen, prepara el doctorado en Barcelona.

Esta joven portmanyí estudió en el colegio Santísima Trinidad de Sant Antoni y el IES Es Vedrà de Sant Agustí. Tras acabar su estudios de Economía en Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona, ahora está inmersa en el doctorado y las publicaciones científicas, como el trabajo publicado en la revista Journal of Health Economics sobre el impacto de las cesáreas en la salud del bebe en el que es coautora junto a Ana Rodríguez González, Miguel Serra Biuriel y Carlos Campillo Artero. Un trabajo que proseguirá en Finlandia.

¿Cómo surgió el estudio?
—Hay estudios médicos que encontraron una asociación negativa entre la salud del bebé y nacer por cesárea, pero si comparas los bebes que nacen por parto natural con los que lo hacen por cesárea ves que las madres son diferentes. El médico hace una cesárea porque la madre tenía peor salud y no se puede ver esa relación. Los médicos para establecer la relación causa efecto hacen experimentos, pero en este tema no se puede hacer porque ningún comité ético habría aprobado que a unas madres se le haga de forma aleatoria una cesárea y a otras no. No hay evidencia casual, de ahí surgió la idea del trabajo y hablamos con uno de los coautores, Carlos Campillo.

¿Cómo lo hicieron entonces?
—Decidimos la idea de establecer la metodología de economía para establecer la relación casual entre nacer por cesárea y la salud del bebé. Lo que hicimos es buscar algo que imitase las condiciones del experimento y encontramos que a primeras horas de la noche había más cesáreas en estos hospitales con madres muy parecidas. La conclusión principal es que las cesáreas no indicadas médicamente pueden tener un impacto negativo y significativo en la salud del recién nacido, tal como se mide con las puntuaciones del test de Apgar, una medida de salud neonatal justo al nacer, pero que el efecto no es lo suficientemente grave para traducirse en resultados más extremos. En los estudios anteriores sí comentaban que los bebés estaban mucho peor, pero lo que pasaba es que las madres que comparaban tenían peor salud. Hay un impacto negativo pero no es tan grande como se pensaba, lo que pasa es que solo miramos al nacer. La literatura médica dice que la cesárea también puede afectar al bebé por otros canales, por la flora que hay en el canal vaginal de la madre. Ahora estamos trabajamos en un proyecto con datos de Finlandia para ver la salud posterior.

¿Por qué eligió las cesáreas?
—Hice un estudio de Economía de la Salud y me contaron que había mucha variación en la tasa de cesáreas según la región de España. Hice el máster, entré en el doctorado y con mi amiga, Ana Rodríguez, surgió la idea. Siempre me habían interesado los temas de género y salud. Lo que hemos hecho es incorporar las herramientas de economía a un problema que me llamaba la atención.

En el estudio recoge que las cesáreas por la noche influyen en los incentivos.
—Vemos que hay un pico por la noche en la tasa de las cesáreas que no viene explicado por las características de la madre. En España los médicos no cobran más por un parto por la noche. En EEUU si se remuneran más las cesáreas que los partos vaginales, por un tema de seguros pero en España no pasa. Nuestra hipótesis es que los médicos hacen guardias de 24 horas, trabajan muchas horas y ante casos dudosos en esas franjas horarias parece que aumenta la probabilidad de que se haga una cesárea. Podemos decir que hay un aumento en la tasa de cesáreas no programadas del 11 a 4 de madrugada y es lo que utilizamos como experimento. En nuestra muestra han participado cuatro hospitales pero dentro de la muestra hemos visto que alguno no tenía este comportamiento en la tasa de cesáreas.

Y este trabajo acaban de publicarlo en una revista de investigación.
—Sí, en la Journal of Health Economics, una de las mas importantes en nuestro campo de investigación, el de la economía de la salud.

¿Cuáles han sido las conclusiones del estudio?
—En los hospitales donde aumentan la tasa de cesáreas por la noche, con el dinero que nos ahorraríamos, 1.692 euros más que un parto vaginal, podríamos contar a más médicos para que no hicieran las guardias de 24 horas. Los médicos no son responsables. Si los médicos tuvieran mejor condiciones de trabajo quizás no pasaría esto y así se evitaría aumentar las cesáreas en condiciones dudosas.

¿Tiene en marcha algún otro proyecto?
—Estamos mirando la salud a largo plazo. Hay unos investigadores en Finlandia que tienen unos datos muy buenos, con un muestra de hospitales y los partos desde los años 90 con los que podemos seguir su evolución hasta tiene 20 años. Me iré a Finlandia unos días para trabajar en este proyecto.


¿Está satisfecha con la repercusión que ha tenido su trabajo?
—Estoy contenta la verdad de cómo ha ido. Estoy haciendo algo que me gusta y la implicación que pueda tener. Sorprendentemente ha sido un boom. No es muy habitual publicar durante el doctorado, tuvimos mucha suerte de eligir un tema de interés general como los partos en los que hay muchas partes involucradas.