Siempre y cuando la empresa Bambagas S.L., propietaria, aporte «el certificado de final de obra y los documentos que engloban todas las licencias necesarias», explicó el jueves pasado Josep Tur Cires, alcalde de Sant Antoni. El alcalde aclaró que «cuando la tengamos, la estudiaremos y daremos una respuesta».
Cires hizo referencia así al artículo 47.2 de la Ley 7/2013, de 26 de noviembre, de régimen jurídico de instalación, acceso y ejercicio de actividad en las Illes Balears, que detalla que «la presentación de la declaración responsable, cuando se trata de obras de edificaciones, construcciones e implantaciones de instalaciones de nueva planta o de casas prefabricadas e instalaciones similares, el certificado municipal de finalización de obras facultará para el inicio y el ejercicio de la actividad».
El propietario de la empresa Bambagas S. L. tiene un plazo determinado para presentar la documentación exigida por el Consistorio. En caso de que el chiringuito cumpla con todos los requisitos recibirá la licencia de actividad; de lo contrario, deberá ser desmontado y no podrá comenzar su actividad.
Pese a que la apertura se esperaba para el jueves 24 de mayo, la Policía Local se presentó ese mismo día por la mañana en las instalaciones para notificar a la empresa que «no pueden iniciar ni ejercer actividad hasta que no se expida el certificado municipal de finalización de obras», una notificación que el propietario recibió el martes por correo electrónico.
Indignación ciudadana
El hecho de que el chiringuito sea «ecológico y desmontable» no convenció a plataformas ciudadanas como Prou! o las propios vecinos, cuyo descontento fue mayúsculo cuando se enteraron de la instalación de nuevo negocio sobre las rocas de un lugar a unos pocos metros del mar.
Sobre esta cuestión, el alcalde se defendió el pasado jueves alegando que se trata de una situación «nueva y compleja» en la que intervienen varias administraciones que tienen «diferentes puntos de vista». Asimismo, reconoció que ningún técnico del Consistorio había previsto el «impacto visual y ambiental» del chiringuito cuando se concedieron las licencias iniciales.
Ante la pregunta de si este impacto es motivo suficiente para emitir un informe desfavorable por parte del Consistorio, el alcalde respondió no saberlo. «Me gustaría que el quiosco no estuviera ahí, pero una cosa es que no me guste por el impacto que produce y otra que legalmente estemos obligados a dar la licencia, que es la situación en la que estamos».
8 comentarios
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Endavant i gas. Venga vamos que ya tengo ganas de tomarme mi caÑita en el kioskito viendo la puesta de Sol i musiquita XilOut!! Sobre en ma.
Pura mafia y luego le sumas ineptos e incompetentes ...
Para cuándo regulación de precios de este tipo de concesiones administrativas. Digo yo, si el precio hamacas, velomares, etc. Se puede y está regulado. Las cafeterías del consell, institutos, piscinas, etc. Tienen lista de precios asequibles. OTORGANDO este tipo de concesiones favorecen la especulación y destrucción de la isla. Podría ser muuuy fácil acotar este tipo de gestos a amiguetes de alguien.
Seguro que la culpa también la tiene el PP.
Cuando los ilustres inversores (mallorquines) pidieron el nombre de la empresa al Registro Mercantil ya sabían que todo iría muy rápido... (a todo gas). bambagas SL
Es normal que no vieran el impacto visual. El Sr Cires desde el club náutico no lo ve.
Por cierto, quien firma no es competente para otorgar licencias de obra, pero esto a la mafia no le importa.
A mi esta velocidad a la hora de tramitar expedientes y finales de obra me tiene asombrada. ¿Cómo es posible que yo pidiera un certificado de calificación urbanística y tardaran diez meses en contestarme y que siendo este un caso tan complejo, le den una licencia en un par de meses y un final de obra en un par de dias? No sé si esto venía en su programa Sr. alcalde. Voy a ver si me lo releo un dia de estos.