Mesquida pone especial énfasis en señalar los pilares que permitieron anular a los terroristas: eficacia policial, cooperación internacional, firmeza judicial y la ley de partidos. También añade «la unión de los demócratas, pero a partir de ahora hay que estar vigilantes porque no fueron héroes; eran unos asesinos». En este sentido, añade que «no tienen perdón [los terroristas] y debe quedar claro que no les debemos nada».
El político mallorquín, que el mes pasado abandonó la militancia socialista, no deja resquicio al papel de ETA: «No había ningún conflicto político, como dicen, lo que había era una banda de asesinos que actuaba en plena democracia». Sobre esta cuestión recuerda que «aún hay que aclarar 300 asesinatos pendientes y entregar las armas».
Un total de cinco atentados mortales vivió Joan Mesquida como máximo responsable de la Policía y la Guardia Civil, de los que recuerda todos sus nombres y trágicas circunstancias, desde la bomba de la T4 de Barajas al asesinato de dos jóvenes guardias civiles en Cap Breton (Francia). «Eso hay que vivirlo, unas muertes sin sentido y unas familias destrozadas, por eso siempre odiaré a ETA. Durante aquel tiempo estuve muy involucrado en los planes operativos contra la banda a la que no dimos ningún tipo de tregua policial». Y añade: «Me preocupa que, ahora, intenten tergiversar la historia».
Con Mesquida al mando, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado detuvieron casi un centenar de terroristas y colaboradores, dentro y fuera del País Vasco. La única lectura positiva que Mesquida hace del anuncio de ETA es que «a partir de ahora podremos dedicar más efectivos policiales a combatir otros tipos de terrorismo, como es el fenómeno yihadista».
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