Imagen de Pepe Roselló en Marina Botafoch.

Ingeniero de formación, navegante y director del puerto de Marina Botafoch con vocación, ibicenco por los cuatro costados y un enamorado de la isla y de sus costas, Pepe Roselló (54 años) defiende la prórroga de la concesión administrativa para garantizar la continuidad futura de estas instalaciones por y para Ibiza. Una apuesta que apoya la inmensa mayoría de amarristas, restaurantes, comercios y negocios de este puerto que no quieren ver cómo su salida a concurso la convierte en julio de 2019 en una Marina exclusivista solo para unos pocos.

El proyecto de mejora, modernización y revitalización del Puerto por el que aboga Roselló quiere satisfacer a administraciones y usuarios, consensuando las propuestas y dando cumplimiento a lo que es la razón de ser de un puerto deportivo: que el mar sea accesible y asequible para los aficionados.

—¿Por qué la ampliación del plazo de la concesión es, según usted, la mejor opción para Marina Botafoch?

—Porque es el procedimiento administrativo que nos permite definir entre todos el mejor proyecto de puerto para Ibiza.

La ampliación de plazo es un procedimiento administrativo reglado que se fundamenta en la negociación entre las partes, la administración y la empresa gestora, y donde debe primar el interés general. Un interés que debemos analizar y aplicar en su sentido más amplio y que, en nuestro caso, es muy coincidente con el interés de los futuros usuarios del puerto.

Este procedimiento ha resultado exitoso en todas las marinas y puertos deportivos de Baleares dependientes del Govern Balear y también de Puertos del Estado en las que se ha aplicado, por lo que no entendemos por qué no quiere hacerse este mismo planteamiento ‘social y solidario' con Marina Botafoch.

—¿En qué se diferencia su proyecto de otros?

—Si miramos a nuestro alrededor, en nuestro puerto de Ibiza, encontramos ejemplos de marinas ‘inaccesibles', escasamente ocupadas o vacías durante largos periodos del año, porque no hay quien pueda asumir los costes de un amarre. Estas marinas deberían ser útiles para los ibicencos, para los residentes en general, incluso para quienes regularmente nos visitan, y no lo son porque son prohibitivas.

En todos los casos son el resultado de concursos públicos. No podemos volver a cometer este error cuando tenemos un camino claro y definido para evitarlo y que viene fundamentado y reglado en la legislación vigente de Puertos.

Somos conscientes de que Autoridad Portuaria será exigente en cuanto a las inversiones a realizar en el puerto y en la renta anual a abonar, lo que definirá la tarifa regulada a afrontar por los usuarios, pero nuestro propósito, creo que el de todas las partes, debe ser contener esas cifras.

En definitiva, creemos que una marina exclusivista no sería buena para Ibiza y para los ibicencos en su acepción más amplia.

—¿Por qué la actual propiedad es, según usted, la que mejor puede garantizar la continuidad de Marina Botafoch como hoy la conocemos?

—Los accionistas de Marina Botafoch son empresas familiares de nuestras islas que gestionan con éxito otros puertos en Formentera, Palma de Mallorca, Barcelona y Valencia, como Puerto Portals, calificado como el mejor puerto deportivo de España en 2017. Cuentan con una dilatada experiencia y trayectoria en la gestión de puertos y, además, tienen una manera de hacer responsable y sensible hacia las necesidades de nuestras islas. Queremos hacer de Marina Botafoch un ejemplo de buenas prácticas, lo que hoy se llama una gestión ‘sostenible', donde primen valores como la transparencia, la responsabilidad social, la mejora continua del servicio al cliente o la preocupación por el entorno.

—¿Cuál es su modelo para Marina Botafoch?

—Queremos una Marina abierta a la ciudad, que sea un espacio por y para Ibiza, accesible y asequible los 365 días para comer, para pasear y para el disfrute de los aficionados al mar. Un puerto donde la gente se encuentre como en familia y un espacio que queremos que los ibicencos hagan definitivamente suyo, en la acepción más amplia y cosmopolita de la palabra.

—Entonces, si todos tienen claro que si sale a concurso este puerto se pone en peligro la continuidad de negocios y amarres, ¿por qué hay voces que defienden esta posibilidad?

—La inmensa mayoría de titulares y usuarios de Marina Botafoch apuestan por la renovación y la prórroga de plazo de la Marina, que no le quepa la menor duda a nadie.

Ciertamente había una pretensión de gestionar esta Marina por parte de otros. Cuando se producen cambios organizativos o gerenciales caben fricciones, pero la antigua gestora ya hizo un planteamiento de prórroga para la Marina, prejuzgando que esta era la mejor solución y no parece justificado un cambio de enfoque por razones personales o de otro tipo.

Por otra parte, está claro que las praxis y las maneras de unos pocos a la hora de gestionar los amarres en nuestros puertos no pueden permanecer.

—Habla usted mucho de consenso, ¿es posible poner a todos los actores que participan en este proyecto de acuerdo?

—Por supuesto. Nosotros queremos una Marina que satisfaga a todos. Queremos dibujar juntos el mejor proyecto, recogiendo, asumiendo e incorporando las apreciaciones del Ajuntament d´Eivissa y del Consell d´Eivissa, en cuanto a aspectos urbanísticos, de edificación y de arquitectura. Con Autoridad Portuaria hemos de concretar, además de lo anterior, las verdaderas necesidades portuarias y darles forma para que el puerto reporte las mejores prestaciones.

—¿Puede resumir a grandes rasgos las claves de su proyecto de mejora y ampliación?

—Tenemos un puerto hecho y que sirve para sus fines, avejentado con el paso de los años cuyas instalaciones necesitan ser revitalizadas y modernizadas. No se plantean crecimientos ni mayores ocupaciones, ya sea en tierra o en el mar, salvo en actuaciones muy puntuales que nosotros en su momento apreciamos como mejoras justificadas y que, en todo caso, han de recabar el beneplácito de nuestras administraciones.

Hemos hecho una propuesta abierta de ideas, formulada por profesionales expertos en la definición y en la proyección a futuro de marinas deportivas, en la que cabe siempre opinar, poner y quitar. Es un infundio que quisiéramos hacer una discoteca, ni siquiera un beach club.

Apostamos por la mejora de la calidad del servicio que ofrecemos y por una marina más ecológica y respetuosa con el medio.

Planteamos una nueva marina seca de última tecnología, con una capacidad para 124 nuevas embarcaciones de pequeña eslora, que supone una solución limpia y ecológica, tendencia en nuestros puertos, porque no consume espejo de aguas y porque facilita el acceso al mar a precios más económicos. Los usuarios están encantados con esta solución y, en este sentido, es una opción que está siendo promovida por PortsIB de Govern.

—Actualmente Marina Botafoch tiene 429 amarres y unos 50 establecimientos o locales comerciales, ¿cambiaría este modelo?

—La propuesta de marina seca para Botatoch prevé una capacidad para 124 nuevas embarcaciones de pequeña eslora, de 6m a 9m. Ello no quiere decir en absoluto que el aficionado propietario de una pequeña eslora que lo desee no pueda ocupar un espacio de agua. Esta solución desafortunadamente es más cara. Es, por tanto, incierto y acaso malintencionado decir que no potenciemos las pequeñas esloras.

Inclusive la resolución del espacio de agua para la asignación de esloras es adaptable a la demanda y necesidades de los aficionados.

En cuanto a la zona comercial se plantea un esponjamiento. Hemos de hacer un nuevo urbanismo y una arquitectura renovada para lo cual buscaremos nuevamente el sentir de todos.

Aquellos que trabajan día a día sus negocios pueden tener la confianza de que continuarán haciéndolo.

—¿Qué argumentos esgrime la APB para denegarles la prórroga o ampliación de plazo de la gestión de Marina Botafoch?

—Se señalan razones de interés público, que nuestro proyecto no es social, razones que a nuestro entender no lo son y que no quedan en absoluto motivadas. Desde luego no cabe anunciar supuestos incumplimientos de las condiciones concesionales que no son tales.

La apuesta por la prórroga y ampliación de plazo es la más social, porque es la que da la mejor garantía de continuidad a los amarristas y usuarios de la Marina, además de a los cerca de 500 empleados que todos los días damos vida a este Puerto.

—¿En qué proceso se encuentra el procedimiento administrativo de la prórroga o ampliación de plazo que les plantea la Autoridad Portuaria?

—Autoridad Portuaria no nos ha dado todavía la oportunidad de negociar y consensuar lo que debe ser la mejor propuesta de reforma para el puerto. Confiamos en que ese momento llegará ahora.

Ahora es el momento de tender la mano para aunar esfuerzos, de elevar la mirada y de conseguir la mejor Marina para todos. Los aficionados al mar y aquellos, de dentro y de fuera, que disfrutan de Marina Botafoch nos lo están pidiendo y, sin duda, las generaciones futuras nos lo agradecerán.

—Recientemente se anunció que este Puerto será el escenario de la próxima Pasarela Adlib en junio de este año, ¿hay más citas culturales programadas?

—Estamos haciendo una apuesta decidida por abrir la Marina a los ibicencos. En junio acogemos la Pasarela ADLIB, que es tan nuestra y que es una de nuestras principales industrias reconocidas fuera de nuestras islas. La Marina acogerá a cerca de 1.200 personas invitadas cada día, además de a todo el equipo organizador y medios de comunicación especializados nacionales e internacionales. Los restaurantes de Botafoch se sumarán generosamente para esta cita.

El puente de mayo volvemos a acoger las II Jornadas Gastronómicas de Cocina Ibicenca y Productos Ibicencos. Un evento que fue muy apreciado tanto por los chefs participantes, como por los mejores restauradores de nuestra cocina y público visitante.

El deporte también tiene un papel destacado en las iniciativas a las que damos vida. Este mes de abril acogeremos la II Edición de la Regata de Clásicos, un encuentro que tiene un claro espíritu de consolidación, que es benéfico y cuya fin es apoyar la preservación de nuestro Mar Mediterráneo.