Imagen de la primera fila de la misa del día grande de Sant Josep con la presencia de todos los alcaldes, menos de Rafa Ruiz. | Daniel Espinosa

Cuando la Caja de Ahorros Sa Nostra se integró en Banco Mare Nostrum, mantuvo la marca Sa Nostra como una apuesta estratégica para seguir vinculado con Baleares y no perder su idiosincrasia. Eso ahora ha desaparecido. La fusión con Bankia ha supuesto la defunción de la vieja entidad balear de crédito. Los directivos de las islas ya no pintan nada, porque las decisiones se toman en Madrid, lejos de las islas, por parte de banqueros que no conocen a los clientes y seguramente ni los quieren conocer. Es probable que jamás les vean ni hablen con ellos. Bankia es tan -o tan poco- ibicenca o balear, como lo pueden ser el BBVA o el Santander.

Además, como han desaparecido tantas oficinas y tantos empleados, la atención personalizada se ha visto inevitablemente resentida. Ahora los clientes tienen que hacer mucha cola para cualquier gestión, porque por teléfono olvídate. A veces ni contestan. Las operaciones que antes podía resolver un director de oficina, ahora han de pasar por Madrid, donde no conocen al cliente. Todo es tan kafkiano y desagradable que son los propios empleados quienes recomiendan a los depositarios que se lleven su dinero a otra entidad. Así están las cosas en Bankia en Ibiza.

La imagen institucional del Ayuntamiento de Ibiza. El alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, insiste en decir que él asistió a los actos institucionales de Sant Josep, excepto a la misa. Pero resulta que en el programa de fiestas de Sant Josep no hay más acto institucional que el que se lleva a cabo en la iglesia del pueblo cada día de Sant Josep a las 12 del mediodía. El café con ensaimada que sirve el Consistorio josepí no es un acto institucional, porque ni está en el programa de actos, ni se convoca a los medios, ni la ciudadanía en general tiene conocimiento de su celebración, ni de quién acude, ni de lo que allí acontece.

Ni Periódico de Ibiza y Formentera podía saber que Rafa Ruiz había estado en Sant Josep el día de su patrón, ni tampoco los vecinos de Sant Josep ni de Eivissa. De ahí que el malestar que algunos expresaron por la ausencia de Ruiz fuera lógico e irrefutable, porque fue el único alcalde ibicenco que no se dejó ver por la iglesia. Él pretenderá que nosotros no lo contemos, como hacen otros, pero a nosotros nos parece relevante informativamente que el alcalde de la capital de la isla no acuda al único acto oficial e institucional del día de Sant Josep. Si para el año que viene quiere que conste su presencia en el pueblo, que haga saber que va. Miramos su agenda oficial, como hacemos habitualmente, pero nada decía sobre su fugaz e informal visita al Ajuntament de Sant Josep.

Lo que no podemos aceptar es que se nos acuse de transmitir una imagen institucional del Ajuntament de Eivissa que éste no merece. Nosotros nos limitamos a contar lo que pasa y tiene trascendencia pública e interés periodístico. Obviamente, de reuniones privadas y merendolas, no nos ocupamos, ni siquiera si coinciden en el día de Sant Josep.

Rafa Ruiz ha optado por romper con la tradición, lo cual es muy respetable, pero no puede evitar que haya quien le critique por ello. Desde que él es el primer edil, la imagen institucional del Consistorio vilero es la que es. Que no nos culpe a los demás de ella, porque suya es la responsabilidad de no acudir a los actos a los que siempre han ido todos los alcalde. Menos él. ¿No pretenderá que dejemos de informar de sus rasgos definitorios, de las distinciones que le llevan a presumir de su gestión política? Él ha decidido distinguirse por sus ausencias. Pues que no le sepa mal que lo contemos. Y que no nos culpe de la imagen que causan sus omisiones. Debiera estar orgulloso de que nos hagamos eco de ellas.

Feliz domingo y feliz Semana Santa.