El paso del tiempo no da tregua a nada ni a nadie. Las tradiciones cambian, evolucionan, pero gracias a ferias como la de ses Quatre Véndes de Forada se consiguen mantener vivas unas costumbres que no hace tanto formaban parte del día a día de los ibicencos.
El centro social de Forada acogió durante el día de ayer la séptima edición de la Fira Rural de ses Quatre Véndes que, sin duda, cada año atrae a más gente. Organizada por la Associació de Vesins de Buscastell en colaboración con el Ayuntamiento de Sant Antoni, esta feria es un escenario excelente para que tanto niños como adultos conozcan en mayor profundidad la tradición ibicenca. Los asistentes pudieron disfrutar de ball pagès, exposiciones de maquinaria agrícola, animales y una paella para 600 personas.
De generación en generación
La inauguración de la feria comenzó sobre las 11.00 horas con la llegada en carro de los miembros de sa Colla de Buscastell, responsables también de la exhibición de ball pagès, siempre bien avenido entre el público local y extranjero.
Las actividades se sucedieron a lo largo de todo el día hasta bien entrada la noche, con la actuación de Ses Pageses Emprenyades y el acto de clausura de la feria. Los más de dos mil asistentes recorrieron las zonas habilitadas de la feria descubriendo en cada una de ellas un poco más sobre la forma de vida en el campo de Ibiza.
En la zona más próxima al centro social, se congregaron decenas de puestos para la exhibición y venta de artesanía y producto local. La Associació Cultural i Artersanal eivissenca Eines i Feines fue una de las encargadas de mostrar el trabajo manual del esparto, cómo se hacían las cortinas de caña y garrovís o se hila la lana. «Este tipo de ferias son necesarias para evitar que se pierdan nuestras costumbres. Antes nos enseñaban desde pequeños a hacer este tipo de trabajos y creo que desde las escuelas se debería trabajar más para garantizar su conservación», afirmó Josefa Ribas miembro de esta asociación. Su compañera Cristina Ferrer reiteró esta necesidad de «hacer que los jóvenes conozcan más a fondo estas actividades, cuando lo ven en ferias como estas muestran mucho interés, pero por la falta de tiempo y los estudios al final no le dedican tiempo».
Otro de los atractivos de la feria fue la exposición de maquinaria agrícola conjunto al área de animales, que tuvo como novedad la participación del Club Agility Eivissa y su exhibición canina. Toni Torres, su presidente, valoró «la gran aceptación del público. Tanto niños como adultos han formado parte de la exhibición y ha sido, sin duda, una experiencia muy agradable que esperamos repetir».
«Esta siendo una edición muy buena. Desde la primera edición hemos visto como la afluencia de gente incrementa, lo cual es muy positivo porque demuestra el interés que hay en la isla por conocer las tradiciones del mundo rural», aseguró Pep Bonet, presidente de la Associació de Vesins de Buscastell.
Por su parte, Joan Torres, concejal de Agricultura del Ayuntamiento de Sant Antoni, recalcó la importancia de que «las administraciones públicas apoyemos cualquier actividad que organice para dar a conocer y poner en valor el mundo rural de la isla. Está bien hablar de turismo, pero no tenemos que olvidar quiénes somos ni de dónde venimos».
La comida no podía faltar en un día tan importante. Desde el comienzo, miembros de sa Colla de Buscastell ofrecieron platos salados y dulces con algunos platos tradicionales como la coca o la greixonera como protagonistas. Sin embargo, la paella popular para 600 personas fue el plato estrella de la jornada.
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