El biólogo Santiago Orts explica los beneficios de la ‘mano de Buda’, un cítrico exótico que se utiliza como sazonador. | Daniel Espinosa

La agricultura tradicional ibicenca no solo tiene futuro sino que puede convertirse en un negocio para los payeses de la isla. Bajo esta premisa, el biólogo alicantino Santiago Orts, Premio Nacional de Gastronomía en 2011, compartió ayer su experiencia como impulsor de la llamada ‘Gastrobotánica' y promotor del proyecto Huerto Gourmet en la Fira Sabors del Camp i de la Mar que se celebró en el Recinto Ferial.

«La isla está virgen y tiene una estructura agraria intacta. La Ibiza ecológica está sin explotar y su potencial es enorme», afirmaba entusiasmado. Si algo sobra a Ibiza, razonaba el biólogo, son turistas, la mayoría de ellos ingleses, holandeses y alemanes que son líderes mundiales en consumo de productos ‘bio', extremadamente concienciados con los beneficios de la vida sana.

Teniendo en cuenta que la producción comercialización de la agricultura ecológica se ha multiplicado por 15 en los últimos años, la fórmula parece sencilla. Orts lanza una propuesta a los payeses: alquilar sus tierras por parcelas a residentes que quieren cultivar su propio huerto, vender sus propios productos ecológicos y montar agroturismos en sus terrenos. «Tres negocios en uno para vender turismo de interior fuera del verano durante ocho meses al año», apunta.

Poniendo de ejemplo su propia experiencia, Orts relató cómo inició un proyecto «romántico» llamado ‘Gastrobotánica' junto al chef Rodrigo de la Calle para reivindicar la calidad del producto en la gastronomía. «Pegó muy fuerte pero no tenía la parte comercial necesaria y al final la asociación se disolvió porque no teníamos los mismos objetivos», señaló.

Su unión con la que es ahora su mujer, Raquel Alvarado, CEO de Huerto Gourmet, le permitió centrarse en unos pocos productos y conseguir hacer una marca reconocida. «Hay que vender lo que nos hace únicos», apuntaba Alvarado, quien puso la patata roja como ejemplo paradigmático en Ibiza.

En su caso, el acierto ha sido encontrar en los cítricos exóticos la razón de su éxito. Sus productos ‘estrella' son cuatro: la variedad de limón ‘mano de Buda', la bergamota, un pequeño pomelo aromático que se utiliza para fabricar el perfume Chanel número 5 o el yuzu, una mandarina que «para los japoneses es como para nosotros el ajo, la base de su gastronomía». Pero, sin duda, la estrella es el caviar cítrico, un pequeño limón australiano sin apenas jugo con unas perlas parecidas al caviar que estallan en el paladar cuando se mastican y que es el sazonador perfecto para cualquier tipo de alimento. «Si nosotros hemos podido vender cítricos sin jugos los ibicencos lo tenéis chupado», concluyó el biólogo.