El equipo de gobierno y el PP chocaron en sendas mociones que tenían como trasfondo la cuestión catalana. Primero Guanyem presentó una propuesta de acuerdo para que el Ayuntamiento dé su apoyo a la comunidad educativa del municipio y al modelo educativo de Balears, frente a las acusaciones por parte de algunos sectores de un supuesto «adoctrinamiento» soberanista. El PP pidió una transacción en la moción para instar al Govern a acelerar la construcción del nuevo instituto, conseguir más recursos para educación especial y una bajada del ratio en las aulas. El debate se agrió y la moción acabó siendo aprobada con la abstención del PP, que en otro punto del día planteó una propuesta de acuerdo similar pero en apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado «como garantes del estado de derecho». La moción, defendida por el concejal Pablo Gárriz, seguía las directrices «de la calle Génova», según el equipo de gobierno, y tampoco hacía referencia, como señaló el concejal de Epic, Antoni Villalonga, al uso «injustificado de la violencia» por parte de los agentes durante el referéndum ilegal de 1 de octubre. El grupo socialista presentó una ‘contramoción' en la que manifiesta «su apoyo a todos los cuerpos y fuerzas de seguridad, también autonómicos y municipales», e «insta a las personas con competencias a que extreman la prudencia en el ejercicio de la fuerza y condena la violencia ejercida el 1 de octubre y a quienes dieron las órdenes». El texto no contentó a la oposición y el debate sobre la actuación policial y la amenaza independentista en Cataluña entró en un bucle sin salida.

La conclusión fue el rechazo a los siete puntos de la moción, incluido la aportación de Epic, y el anuncio de una moción de urgencia para el próximo pleno con la propuesta de los socialistas.