En el caso de Baleares el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo está ubicado en Palma de Mallorca, pero da servicio a todas las islas. Para ello tienen asignadas unas zonas SAR (Search and rescue) a nivel internacional «de las cuales la parte española está bajo nuestra responsabilidad», decía Miguel Chicón, jefe de Salvamento Marítimo, en el marco de la Jornada de ANAVRE celebrada el jueves en Ibiza por parte de la Asociación de Navegantes de Recreo con sede en Sant Antoni. «Normalmente, esas zonas suelen coincidir con las antiguas zonas de control aéreo», apuntaba al tiempo que decía que para poder controlar esa zona hay que dotarla de medios que respondan de manera eficaz ante una emergencia. «El controlador que está de guardia en uno de los centros de salvamento decide cuál es el medio más adecuado para movilizar y actuar en el menor tiempo posible», matizaba Chicón.
La zona SAR de Baleares es la tercera en importancia por tamaño ya que, aproximadamente, alberga unos 85.000 km2. «De hecho, en verano reforzamos los medios con la guardamar Calíope», señalaba el jefe de Salvamento. Y si las cosas se complican, los helicópteros y las embarcaciones de Cruz Roja de la Península colaboran en las actividades de rescate.
«Alguien que tiene problemas en el mar y tiene que ser salvado no está pensando en quién le va a salvar. No le importa eso», decía Chicón que asegura que «movilizamos el medio que consideramos más adecuado para salvar a esa persona» que, en caso de no ser negligencia, no tiene ningún coste para el afectado. En el caso de salvar un bien material, también se movilizan pero, en este caso, la factura hay que pagarla. «Los ingresos que hace Salvamento Marítimo por salvamento no cubren ni un 3% de lo que es el coste del propio salvamento», puntualizaba.
Evacuaciones médicas
Además de luchar contra la contaminación, controlar el tráfico marítimo, hacer campañas de sensibilización y actuar en incendios, Salvamento Marítimo hace evacuaciones médicas. A la hora de hacer una en alta mar, bien sea por una caída desde un acantilado, un incendio o un pasajero que se encuentra mal, antes de actuar piden consejo a un centro médico que se elige en función de la nacionalidad del barco. «El médico no puede hacer un diagnóstico porque no se puede diagnosticar a distancia, pero sí que puede aconsejar qué actuación hacer», puntualizaba Chicón.
En Baleares los rescates en alta mar crecen cada año debido al aumento de navegantes en sus aguas; motivo por el que los expertos recomiendan un mínimo de conocimientos básicos antes de salir a navegar y no olvidar ni el chaleco a bordo, ni las bengalas de mar.
LA NOTA
La vida no tiene precio
«Por salvar una vida no se cobra nada, se paga con los impuestos de todos», apuntaba Chicón. Y es que, de lo contrario, una persona rescatada tendría que pagar 8.000 euros por la movilización de un helicóptero o 2.000 por la de un buque. Sin embargo, si se trata de rescatar un bien material, la cosa cambia y la factura tiene que ser abonada, aunque la cantidad económica es menor.
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