Acompañados de monitores, educadores, un psicólogo y la directora del centro, el alcalde recorrió las instalaciones para comprobar las obras realizadas y cómo se han adecuado las aulas para reconvertirlos en los espacios que los niños y niñas necesitan.
Gracias a la cesión de ses Escoles Velles a Amadiba siete familias ibicencas han podido reunirse por fin con sus hijos e hijas, que hasta ahora se veían en la necesidad de tenerlos en Mallorca, ya que no había ningún centro en la isla que pudiera hacer frente a sus necesidades. Además, de la veintena de alumnos, unos diez pertenecen al municipio de Sant Josep.
Inserción y adaptación
El espacio, que a partir del 13 de septiembre comenzará a funcionar como centro educativo, se ha estrenado con una escuela de verano en un ambicioso proyecto donde la inserción y adaptación social se combinan con una parte más lúdica y de recreo.
Además de los columpios y los baños, de las cuatro aulas habilitadas una se dedica sobre todo a actividades de psicomotricidad y relajación y las otras tres se han habilitado como aulas didácticas. Asimismo también cuentan con un espacio de comedor y una cocina donde se intenta que la participación y la autonomía se desarrollen de forma natural. «Tienen que hacer lo mismo que harían en casa, servirse la comida, recoger la mesa y así aumentar la independencia y la autonomía de los niños y niñas», explicaron ayer los docentes.
Además, ya que es verano, se ha instalado en el patio una piscina temporal para las actividades acuáticas que se combinan con excursiones semanales a la playa.
Por último se ha preparado un espacio para hacer un huerto. En este sentido, Agustinet sugirió que, «en esta línea de fomentar la socialización se podría organizar alguna colaboración con el alumnado del vivero municipal para que los ayuden a preparar el huerto y les den consejos de cómo mantenerlo».
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