Tras instalarse dos obras en el Centro Cultural de Jesús y en el puerto de Ibiza, la tercera lleva por nombre El Bailarín y, según explicó el promotor de la idea, Diego Alonso, «ha sido creada a partir de un almendro muerto de Santa Gertrudis y en ella se puede ver al árbol dentro de una estructura de hierro a modo de jaula que no le permite bailar y que invita al paseante a reflexionar sobre el mundo vegetal como símbolo de una naturaleza que estamos perdiendo». Además, Alonso cree que «se convertirá en un símbolo de hacia donde va el crecimiento urbano de la isla de Ibiza».
Todas ellas forman parte de un proyecto pionero en España que según Diego Alonso busca conseguir «los mayores fondos posibles para ayudar a los agricultores que tienen almendros en Ibiza, a la recuperación de estos árboles y a volver a colocar a la almendra en el lugar que se merece dentro del mercado internacional». Así mismo sirve para apoyar el Banco de semillas endémicas «que pretende promover semillas de variedades locales que han estado a punto de desaparecer y que han sido recogidas con cuidado para crear una base de datos».
Por todo ello, el próximo 21 de julio Ibiza Gran Hotel acogerá también una subasta benéfica en colaboración con Sotheby's Londres conducida por el presidente de esta casa de subastas británica, Lord Harry Dalmeny. Se subastarán distintas obras, entre ellas las esculturas del proyecto, y la intención es «recaudar fondos para replantar almendros en diferentes zonas de la isla y mejorar las condiciones de la cosecha y producción de almendras ibicencas para recobrar su sitio en el mercado internacional».
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