Los trabajos destinados a analizar el nivel máximo de visitantes y actividades que puede soportar cada zona, con el menor impacto ecológico y la mayor satisfacción de los usuarios, comenzarán a principios de junio, según informaron desde el Consistorio.
El objetivo de este estudio es contar con información «certera» sobre el estado actual de las zonas de baño para redimensionar el número de instalaciones temporales en la licitación de 2019 y mantener o ampliar los servicios públicos en dichos espacios.
Asimismo, el estudio será un indicador para decidir si es necesario incrementar el actual sistema de control de acceso a Cala Salada y permitirá detectar si, en el conjunto de las playas del municipio, existen afectaciones de carácter medioambiental a las que dar respuesta en el marco de la certificación EMAS obtenida el año pasado.
El análisis encargado calculará la capacidad de acogida física de las playas, su capacidad de acogida ecológica y el nivel de satisfacción de los usuarios. La capacidad de acogida física señala el número de visitantes o actividades que un área puede acoger según sus propias características y equipamientos.
La capacidad de carga ecológica, ha explicado el Consistorio, determinará el número máximo de visitantes que el espacio puede acoger sin que aparezcan impactos irreversibles que la dinámica de los ecosistemas no pueda restaurar.
En este apartado se valorará la limpieza de la playa, la presencia de vertidos o ruido ambiental, la erosión, la presencia de posidonia muerta o la inestabilidad de los acantilados, entre otros aspectos. Para estimar a partir de qué cantidad de visitantes los usuarios se sienten insatisfechos y hacinados, se llevará a cabo este verano un trabajo de campo con encuestas sobre el lugar.
El coste total del estudio encargado asciende a 10.500 euros más IVA.
Por otra parte, Sant Antoni ha elaborado una propuesta para la reordenación del tráfico marítimo en Cala Salada. La iniciativa ha sido remitida a Costas.
El proyecto consistiría en redireccionar todas las embarcaciones de pasajeros para colocarlas en un lateral de la zona de baño mediante la creación de una estructura de amarre removible. De este modo, se unificarían las dos zonas de baño actuales (Cala Salada y Cala Saladeta) en un solo espacio, más amplio y con posibilidad de ser balizado a mayor distancia de la costa, lo que permitiría salvaguardar la seguridad de los bañistas y el buen estado de las praderas de Posidonia.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.