Una semana después de la trágica muerte del ciclista Daniel Viñals, atropellado por un conductor borracho y drogado, los aficionados a este deporte aseguran que la falta de educación cívica y vial es el mayor peligro que se encuentran en las carreteras ibicencas cuando van sobre dos ruedas.

En un encuentro improvisado en la tienda ‘A tot pedal' de Vila, Juan, Tomás, Vicente Moreno, Enrique Gallardo y el propietario del negocio, Vicente Roig, cuentan su experiencia en primera persona, especialmente, su mala relación con los conductores que, en ocasiones, se desesperan cuando un pelotón de ciclistas les impide el paso y responden con pitidos e insultos, rozándoles a propósito a su paso. En una ocasión, hubo uno que incluso les lanzó una botella de Coca-Cola de dos litros, con el agravante que, montado en una bici, «cualquier toquecito en el manillar, te puede hacer caer».

Sin embargo, más que la impaciencia, la distracción al volante por el uso del teléfono móvil supera en mucho el porcentaje de conductores bebidos o drogados, como el que mató a Viñals el fin de semana pasado.

«En la carretera impera la ley del más fuerte y del más grande», señala Vicente Roig, quien considera que los ciclistas suponen «un estorbo» para los conductores a pesar de que las bicicletas tienen el mismo derecho de circular por el asfalto que cualquier otro vehículo.

Los aficionados al ciclismo suelen salir en grupos que, en ocasiones, pueden alcanzar una cincuentena de personas. «Normalmente vamos en fila de dos pero a veces es difícil y, en algunos momentos, ocupamos un poco más de calzada», explica Roig.

El mayor inconveniente de la red viaria de la isla es que pocas carreteras tienen arcenes adecuados para mejorar la seguridad de los ciclistas. Y, sin arcén, los ciclistas se ven obligados a invadir más espacio de calzada para poder tener margen de maniobra. Además, en algunos puntos los arcenes están llenos de cristales, grava y restos de accidentes que no se han retirado, lo que los convierte en impracticables por el riesgo de pinchar una rueda de la bicicleta.

Por contra, la habilitación de carriles bici tampoco es, para los ciclistas de carretera, la solución a sus problemas. «Un pelotón de ciclistas no puede ir a 40-50 km/h por un carril bici», aseguran. Además, en el caso del carril-bici que une Santa Gertrudis con Sant Miquel está más transitado por personas que caminan o pasean el perro que por ciclistas.

Vicente Moreno, además de ciclista es Policía Local, y parte de su tiempo lo dedica a impartir Educación Vial entre los niños del municipio de Sant Josep. Él considera que esta materia debería ser una asignatura obligatoria teniendo en cuenta que un chaval con 16 años ya puede conducir una motocicleta.

La desgraciada muerte de Viñals ha removido las conciencias aunque los ciclistas creen que «no va a cambiar las cosas». De hecho, cuenta indignado Enrique Gallardo, que durante la comitiva fúnebre para despedir a Viñals a la que acudieron medio millar de ciclistas tuvo que escuchar un grave insulto por parte de un conductor que pasaba a su lado.

A pesar de ello, todos aseguran que seguirán practicando este deporte como lo han venido haciendo en los últimos años. No obstante, Vicente Roig, el dueño de la tienda de bicicletas lo tiene claro: «Me da miedo que mi hijo vaya en bici por la carretera. Prefiero que juegue al pádel».

LA NOTA

Las mejores y peores carreteras para ir en bici

La carretera donde murió Dani Viñals, que une Sant Antoni con Sant Josep, es una de las más peligrosas para la práctica del ciclismo porque no tiene arcén y por la gran cantidad de tráfico que circula.

Los atascos de la carretera de Santa Eulària, curiosamente, han hecho que esta vía se convierta en más segura porque la circulación es más lenta.

Tras la remodelación de la carretera de Sant Joan y la instalación de los arcenes, muchos ciclistas optan por utilizar esta vía para practicar el deporte, así como carreteras menos transitadas como la de sa Cala, Sant Mateu o Sant Miquel.

LA NOTA

Hummers contra bicicletas

Ibiza está diseñada únicamente para los coches. Es la opinión de IbiziCritica, un colectivo formado por gente de la isla cuyo objetivo es crear un cambio de conciencia y promover la bicicleta para conseguir unas ciudades más limpias.

José Luis Rodríguez, su portavoz, cree que las instituciones de la isla deben optar por uno de los dos modelos de turistas que ahora conviven en Ibiza: los que vienen atraídos por la fiesta y por las drogas y los que vienen a hacer deporte y a disfrutar de la naturaleza.

Este colectivo ve necesario reducir el número de vehículos que circulan por las carreteras y cambiar el modelo de las ciudades: «No puede ser que haya más aparcamientos que parques».

En las ciudades, proponen reducir la velocidad máxima a 30 km/h y convertir los cinturones de ronda en avenidas. «Ibiza es un Scalextrix», sentenció. Rodríguez también criticó que en las carreteras «los Hummers hayan susituido a los Pandas» y estos ocupen a su vez el espacio que deberían ocupar los vehículos de dos ruedas no contaminantes.