La plaza de la Catedral de Ibiza se convirtió durante la tarde del Viernes Santo en el escenario, un año más, del inicio de la procesión más importante de la Semana Santa ibicenca. Cofrades, costaleros, penitentes, agrupaciones musicales, representantes de la Iglesia, capataces, caballeros legionarios, fieles y turistas, muchos turistas, se dieron cita poco antes de las 20.00 horas para ver a los pasos salir por el arco de la Catedral mientras sonaba el himno de España o marchas procesionales. Un emotivo momento que hacía romper en aplausos a los presentes mientras la imagen terminaba su paso por el arco y al unísono sus costaleros la «subían al cielo».
Una tradicional procesión que cada Viernes Santo une a todas las cofradías de la ciudad de Ibiza en una marcha única de agrupaciones, bandas de música y, sobre todo, un sentimiento.
En el orden habitual: Nuestro Padre Jesús Cautivo, Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, Santo Cristo de la Agonía, Nuestra Señora de la Piedad, Nuestra Señora de los Dolores y Santo Cristo Yacente fueron saliendo las imágenes una a una del templo ante la atenta mirada, el respeto y las cámaras y móviles de los allí presentes. Después se uniría el Santísimo Cristo del Cementerio.
Un acto religioso que marca cada año la fe, el olor a incienso y a cera y este año en especial un elevadísimo número de turistas que circulaban por Dalt Vila. Algunos de ellos, desde sus privilegiadas terrazas pudieron cenar o degustar manjares mientras, a pocos centímetros, pasaban las imágenes de las procesiones. Otra de las ventajas que ofrece la isla.
«¡Vamos valientes!, vamos corazones!, ¡vamos al cielo con él! y ¡sigamos de frente!». De este modo tan cariñoso y afectuoso se comunicaba el capataz de la cofradía Santo Cristo de la Agonía con sus costaleros para dirigirles en la compleja maniobra que precisaba cada imagen a su paso por el arco de la Catedral de Ibiza.
Unas instrucciones que ellos conocían a la perfección y que, pese a lo justo del espacio, la imagen pasó sin problema alguno. Para celebrarlo, «¡vamos al cielo con él!» y el sonido de la banda anunciaba que el Santo Cristo de la Agonía ya había salido de la Catedral. Y así, una imagen tras otra. Con sus cofrades, sus bandas, y su fe. Rumbo a las estrechas y empinadas calles de Dalt Vila ante los ojos, las cámaras, los teléfonos, la emoción y el respeto de los allí presentes al paso de las imágenes y los participantes en el acto religioso.
Las estrechas y sinuosas calles de Dalt Vila durante el atardecer volvieron a ser el marco incomparable en el que los nazarenos y sus colores, las llamas de las velas, los redobles de los tambores y el resonar de las cajas iban anunciando que, un año más, la Semana Santa de la ciudad de Ibiza está marcada por la unidad de su cofradías, que si bien no se privan de un buen debate, tampoco del disfrute de mostrar cada una la belleza de su imagen, su música, sus colores, sus arreglos sobre el año anterior, pero sobre todo, su fervor por revivir durante cada Semana Santa, la pasión de Cristo.
Y eso sí, siempre en el marco de una isla que a nivel demográfico, como todos los lugares del Planeta, vive momentos diversos. El de anoche en esta isla fue el de una isla y una ciudad de Ibiza repleta de turistas que surgían por todos los rincones con la necesidad de impregnarse de todo lo que el lugar les pudiera ofrecer. Anoche tocaba la procesión del Santo Entierro, los visitantes de esta isla parecían saberlo y máquina en mano no dudaron en inmortalizar cada paso, cada escena y cada cuestión de fe.
Y eso hasta llegar a los fuertes contrastes a los que nos tiene acostumbrados esta isla. Ocurría en determinados lugares cercanos al Portal de ses Taules, de los estrechos de Dalt Vila. Allí, algunos adinerados huéspedes del lugar tenían la posibilidad de degustar las más ricas viandas mientras las ingerían con los mejores caldos. Y claro, si a unos centímetros pasaba el Santo Cristo de la Agonía, Nuestro Padre Jesús Cautivo, o Nuestra Señora de los Dolores a hombros de unos costaleros tan cansados como convencidos de su cansancio; entonces la estampa, como poco, era de esas que nos regala Ibiza. Otra de las posibilidades que te ofrece Dalt Vila en Semana Santa. «Todas las islas en una» que decía algún eslogan turístico que llegó a definir muy bien este bello paraje del Mediterráneo.
Sin embargo, y pese a las vistas, el de ayer fue el día de la procesión del Santo Entierro por las calles de Dalt Vila. Que un año más nos dejó unas impresionantes estampas relacionadas con un bello acto religioso y su acción de fe.
La imagen del Santo Cristo Yacente fue la que presidió y cerró la procesión de anoche por las calles de Dalt Vila y en la que participaron las siete cofradías de la ciudad.
«Participamos como cada año con nuestras imágenes (el Santo Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de la Esperanza) y eso nos enorgullece pues somos muy devotos. Todos los asistentes a este acto religioso disfrutan mucho al ver pasar a los penitentes, pero para los que vamos participando dentro de la procesión, es algo realmente emocionante, se vive mucho más. Hoy es un día de gran emoción que quizás se siente de manera especial al salir de la Catedral», comentaba el presidente de la cofradía Santo Cristo de la Agonía, Pepe Marchena, momentos antes de que comenzara la procesión del Santo Entierro en la que calculaba una participación de alrededor de unos cien cofrades de su agrupación.
Marchena también quiso nombrar el hecho de que el público asistente «valore muchísimo el trabajo que realizan los costaleros y las costaleras o cualquier portador de alguna imagen. A esas personas se les da ese ánimo, cariño o apoyo y ahí están».
Por su parte, el presidente de la cofradía Nuestro Padre Jesús Cautivo quiso aprovechar la oportunidad para comentar que desde su agrupación estaban «muy contentos por poder participar en esta procesión del Viernes Santo de Ibiza que es la más importante de todos los actos de la Semana Santa ibicenca ya que que participan todas las cofradías». Nadal también tuvo palabras para la cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio.
«Siempre colaboran con nosotros en la procesión, nos dejan cosas si las necesitamos y además, siempre que pasa una imagen por su parroquia, da igual la hora que sea, ellos están ahí con su titular para salir a recibirla y eso es muy de agradecer. Es una cofradía compuesta por personas muy tradicionales que realmente lo hacen muy bien y yo los admiro», compartió Nadal.
Vía Crucis con la imagen del Santo Cristo de la Agonía
A las 09.00 de la mañana salía ayer de la iglesia de la Santa Cruz de Ibiza y con rumbo a la Catedral, el tradicional Vía Crucis con la imagen del Santo Cristo de la Agonía y organizado por la cofradía del mismo nombre. Una marcha que transcurrió en unas dos horas y media y a buen ritmo, ya que rondando las 11.30 horas llegaba la imagen del Santo Cristo de la Agonía a la Catedral. El paso fue portado solo por hombres
ya que «se lleva solo la imagen que se carga a costal, es decir encima de las cervicales podríamos decir. Es un
camino complicado, que a veces duele, pero se lleva bien. Es por ese motivo que esta imagen del Santo Cristo de la Agonía la llevan exclusivamente hombres», explicó el presidente de la cofradía, Pepe Marchena. La imagen recorrió las calles de la ciudad en un camino de oración y reflexión, con paradas para recordar las catorce estaciones por las que pasó Jesús. Durante este camino hasta Dalt Vila, también pudieron portar al Santo Cristo de la Agonía, además de los costaleros de la cofradía, los fieles que así lo desearon y transmitieron a los miembros de El Santo Cristo de la Agonía que como cada año organizan el Vía Crucis del Viernes Santo.
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