Una artesana teje sonriente con un tractor de fondo, ayer en la feria rural celebrada en Forada. | Daniel Espinosa

La sexta edición de la Fira Rural de ses Quatre Véndes, celebrada ayer junto al centro social de Forada, en Sant Antoni, rindió un auténtico homenaje a la Ibiza de interior y al folclore y la tradición payesa. La feria quedó inaugurada a las 11 con la llegada en carro de los miembros de Sa Colla de Buscastell. Durante toda la jornada, los asistentes pudieron disfrutar con diferentes actividades, desde una exhibición de labranza hasta la suelta de palomos y degustación de productos típicos. Participaron en el certamen un centenar de expositores de artesanía, maquinaria agrícola y productos de la tierra.

El mayor atractivo para los más pequeños fue el espacio habilitado para animales autóctonos, como cabras, ovejas, conejos, cerdos, gallos y, como novedad, una quincena de podencos de entre ocho meses y tres años de la Asociación de Criadores del Ca Eivissenc. Uno de sus responsables, Antonio Torres, reconoció que la afición al cuidado de los podencos está cayendo en picado en la isla, que ostenta «el libro genealógico del ca eivissenc», respecto a otras regiones como «Valencia o Tarragona». «Se está perdiendo un poco la tradición. Lleva mucho trabajo tener 10 o 12 perros, mantenerlos, entrenarlos, prepararlos y si no tienes un buen terreno para tenerlos es difícil mantener una colla así», sostiene Torres. Aunque descarta que esta raza autóctona se encuentre en peligro de extinción, recuerda con pesar que «hace 20 años casi todas las casas de campo tenían uno o dos perros, y ahora ya casi ninguna tiene. Los que tenemos ocho o 12 perros somos las 25 collas que hay en la isla», puntualiza.
Cati Torres, que es socia de la asociación de vecinos de Buscastell y vigila los establos de la feria, añade que en esta edición ya no se expone la vaca de Ibiza «porque ya casi no quedan particulares, se está perdiendo porque no son rentables». Por eso considera que ferias rurales como la de las Quatre Véndes «son necesarias porque ahora los niños no distinguen entre una oveja y una cabra».

Entre los centenares de asistentes al certamen de Forada se encontraban representantes públicos como la vicepresidenta del Consell d'Eivissa, Marta Díaz; el conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad; el alcalde de Sant Antoni, José Tur Cires; o la consellera popular Pepa Costa. Para Díaz, que ha impulsado la artesanía local en las recientes ferias turísticas internacionales, «esta feria es muy atractiva porque en ella está representada todo tipo de artesanía, como el selleter, guarnicionero en castellano, que no suele acudir a ferias por lo complicado de transportas sus productos; muchos tipos de espardeñas como las de clauet, que no las conocía y son de la maestra artesana María Marí, o las nuevas con tacón, y luego puestos de senallons, mantones...».
Junto a la vicepresidenta camina entre los expositores Isabel Prats, presidenta del colectivo vecinal que organiza la jornada de Buscastell, una feria que según cuenta Isabel nació «para que nuestra juventud y los niños puedan ver cómo se desarrollaba el mundo rural, lo que se labraba y el conjunto de todas las tradiciones, que están representadas aquí». Cada año «va creciendo un poquito más» un certamen cuya idea original fue de las vecinas y socias Paquita Cucons y Ana Bella.

Como principal novedad, este año los alumnos del CEIP Santa Agnès se encargaron de vender la cal producida por el horno de cal de Corona. Además, los estudiantes del CEIP Buscastell llevaron a cabo diferentes talleres de manualidades y también se celebró un concurso de dibujo sobre el patrimonio de la isla. La guinda para este ya tradicional homenaje a la Ibiza de interior fue una monumental paella a precio popular prepara para 700 comensales.