La familia vive en una casa en Sant Miquel, que deberán abandonar porque el propietario quiere venderla. No encuentran nada en Ibiza. | Daniel Espinosa

«Parece ser que nos tenemos que ir de Ibiza. Ella no puede trabajar por motivos de salud y yo no puedo asumir los gastos de toda la familia». De esta manera cuenta Adrián Moreno la odisea que está viviendo su familia formada por la pareja y dos hijos adolescentes. Ellos son una familia media de trabajadores con unos ingresos aceptables. «No hemos parado de trabajar durante toda nuestra vida», explican en el salón de su casa. Sin embargo, hoy mismo viajan a Palma para “tantear” como están los precios de los alquileres allí, «porque nos han dicho que la situación no es la misma que en Ibiza y no nos queremos ir lejos de la isla. Después iremos a Valencia para ver como están las cosas».

La cuestión es que Adrián tiene un trabajo de temporada desde hace 7 años, «que no puedo dejar. Mi sueldo y mis condiciones son muy buenos ahora». La pareja empezó viniendo a la isla «a hacer la temporada» desde Málaga, donde residían anteriormente, pero dada la bondad de Ibiza decidieron, hace más de 10 años, instalar su residencia permanente en la isla. Los niños, Ramiro y Juan Ignacio, tuvieron que cambiar sus amigos y sus colegios y empezar a aprender un idioma, el catalán, del que hasta entonces no sabían nada, «pero todavía eran pequeños así que se adaptaron perfectamente», explica Gabriela muy orgullosa de ellos. Anteriormente vivíamos en la zona del aeropuerto y ha sido un pequeño trauma para ellos dejar a sus amigos y trasladarnos a San Miguel, donde vivimos ahora, porque a estas edades dejar a los amigos es duro. Ahora, si nos tenemos que ir de la isla, los obligarán a empezar de cero, explica la madre agobiada por la situación.

Todos adoran la isla y se han involucrado en su conservación, «cuando empezó todo el problema con las prospecciones petrolíferas nos volcamos totalmente y estuvimos haciendo las pancartas para las movilizaciones y participando en ellas. No hemos nacido aquí pero nos consideramos isleños» , explica el padre. «Además, añade, es un experto en la mitología y la historia de la isla, te lo puede contar todo de Tanit», salen al paso los dos hijos adolescentes, que estudian actualmente en el IES Balafia.

En estos momentos están pagando 1.200 euros en la casa de campo donde viven, entre San Miguel y Sant Joan. «Estamos muy agradecidos al payés que nos ha alquilado esta vivienda, donde llevamos 1 año. El nos ha tratado muy bien y nos ha ayudado mucho, pero ahora vemos que no nos podemos terminar de instalar aquí, tenemos que buscar otra cosa porque la familia quiere vender la casa. «No podemos decir lo mismo del propietario de la casa que teníamos alquilada en el aeropuerto. Nos tuvimos que ir corriendo porque nos explicó que su hijo salía de la cárcel y necesitaba la vivienda. Casi nos quedamos en la calle. Y después nos enteramos que la alquiló a turistas durante toda la temporada», aseguran indignados.

«Antes del otoño tendremos que buscar un hogar y matricular a los niños en un nuevo instituto, por eso tenemos que decidir cuanto antes donde vamos a residir», dice Gabriela. En un principio la intención de la pareja era comprarse una casa, «pero con los precios actuales es imposible. Hemos estado más de 10 años ahorrando y pagando impuestos y no tenemos ninguna prioridad a la hora de encontrar una casa en la isla».

Si las cosas no cambian Adrián, Gabriela, Ramiro y Juan Ignacio tendrán que abandonar la isla, aunque conservarán el empleo del cabeza de familia. La previsión es instalarse fuera y volver a Ibiza a hacer temporada «en una caravana y a ducharnos en la piscina». De momento «vamos a ver que encontramos los más cerca de aquí para que los desplazamientos sean más fáciles», concluyen con mucha tristeza.