El molino de Can Planetes volvió ayer a funcionar medio siglo después impulsado por el agua del río de Santa Eulària, que vuelve a fluir tras las lluvias. | Daniel Espinosa

La música de los sonadors de la Colla es Broll puso ayer la banda sonora a un momento histórico en Santa Eulària que no se repetía desde hace más de 50 años: el molino de Can Planetes, restaurado en 2009, volvía a dar vueltas impulsado por el agua del único río de las Balears.
El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, fue el maestro de ceremonias encargado de abrir la compuerta del azud de es Trenc, una pequeña presa construida en el siglo X por los musulmanes en plena época andalusí que nutría de agua un sistema hídrico de canales que, además de permitir el funcionamiento de los seis molinos que históricamente había en el quartó de Santa Eulària, servía para regar los campos de alrededor.
Tras comprobar que el sistema funcionaba, que el molino de Can Planetes volvía dar vueltas y los campos recibían agua, Marí expresaba su «alegría porque un proyecto que empezó hace diez años sea por fin una realidad». De hecho, según recordó el alcalde, hace un año se rehabilitó el muro de es Trenc, expuesto históricamente al desgaste por las inclemencias meteorológicas, pero la grave sequía que se vivía entonces impidió poner en marcha el sistema de canales que se utilizó durante siglos en Santa Eulària para moler el grano hasta la llegada del turismo.
Vicent Marí destacó también la importancia de las obras de recuperación de este muro, así como de las acequias que parten de este punto, la eliminación de cañas y la limpieza de la desembocadura del río.
El historiador Antoni Ferrer Abárzuza por su parte incidió en la importancia del río para la economía local de Santa Eulària y el funcionamiento de sus molinos, de los que solo se conservan cuatro. Los otros dos están en ruina total por el acción del agua y solo se conservan restos arqueológicos.
El molino de Can Planetes dejó de funcionar en 1962 y años después se desmontó hasta su rehabilitación de 2009, aunque desde entonces solo había podido funcionar a través de un sistema de canalizaciones artificial.
Los musulmanes, tal como explicó el historiador, construyeron la pared del azud aprovechando el desnivel del río para almacenar agua que después se desviaba por las acequias hasta llegar a los molinos que estaban en la parte más baja del río.
Un cauce excepcional
Javi Gómez, técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santa Eulària calificó de «hecho excepcional» la apertura de la compuerta de es Trenc. «En contra de las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), ha sido un invierno muy lluvioso con consumos inferiores a la recarga de los acuíferos», señaló.
Según explicó, las aguas subterráneas que nutren el río tras el episodio de lluvias han permitido que el caudal esté lleno de agua desde la cabecera hasta la desembocadura. Gracias a esto, se ha podido dar «aire» a las comunidades vegetales y animales que habitan en el río y que resisten los años de sequía «con gran estrés».
No obstante, el técnico de Medio Ambiente señaló que esta situación excepcional solo durará unos meses si no vuelve a llover de manera intensa. La única esperanza es la puesta en marcha de la desaladora de Santa Eulària que permitirá que se deje de consumir una gran cantidad de aguas subterráneas necesarias para que el río siga fluyendo.
Además, las aguas residuales estarán depuradas y ya no tendrán tanta sal como hasta ahora y se podrán utilizar para el riego, por lo que ya no se tendrá que echar mano de los acuíferos.