Toneladas de solidaridad

Los voluntarios, en grupos de alrededor de quince personas, trabajarán a lo largo de esta semana por turnos de cuatro horas en la clasificación de los alimentos.

Los voluntarios, con chalecos azules identificativos, se movían con destreza colocando los productos en diferentes lugares de la naves, según se tratase de leche, de aceite o de legumbres secas o cocidas. «La gente suele pensar siempre en las legumbres secas, pero la gente con dificultades no tiene un lugar para cocinarlas», aseguró Lambert, quien explicó que si las legumbres secas también las aprovechan las entidades que sirven la comida «ya cocinada», como Cáritas.

Además de estos productos de consumo diario, la campaña se centró en la recogida de conservas de carne y pescado, y de alimentos infantiles, que son «los más olvidados». Así, también se podían ver amontonados potitos, papillas, cacao en polvo y paquetes de galletas para los más pequeños de la casa.

El director del Banc dels Aliments, Jaume Ródenas, mezclado entre los voluntarios, se mostró muy satisfecho con la respuesta de los ciudadanos ante esta primera campaña en la isla. «La respuesta del público ha sido emocionante y los voluntarios han participado de esta emoción, todos tienen anécdotas que contar. Para todos ha sido la primera vez … y esto no se olvida».

Todos estos alimentos llegarán a personas con necesidades que, gracias a la solidaridad de los colaboradores, podrán vivir unas navidades, un poco más felices.