Pablo Gárriz (Madrid, 1976) es el presidente de la Asociación Española de Lucha Contra el Fuego (ASELF) y técnico director de Emergencias de Eivissa-Formentera desde 2004. Licenciado en Ciencias del Trabajo, es auditor de sistemas de gestión de calidad, de prevención de riesgos laborales y especialista en seguridad industrial. Tras cuatro años como auditor del Banco Mundial, hace doce años se trasladó a Ibiza por motivos familiares y con un reto profesional a través de la recién creada dirección general de Emergencias del Govern balear. Su dedicación le ha reportado diversos reconocimientos y ha sido seleccionado por el Ministerio del Interior como experto nacional en varios proyectos del mecanismo europeo de Protección Civil.

—Santa Eulària ha acogido recientemente unas jornadas de Inteligencia y Emergencias organizadas por la ASELF. ¿La información y la comunicación son determinantes en el desenlace de una situación de crisis?
—Efectivamente, la inteligencia como proceso de gestión, de obtención de datos e información crítica que analizada y divulgada permiten orientar y fundamentar los procesos de toma de decisiones, es un factor clave y determinante en situaciones donde el tiempo es vital. La información es determinante para la toma de decisiones, pero las nuevas realidades, con los torrentes de información que generan las redes sociales, hace necesario realizar una criba, separar el trigo de la paja, y tomar las decisiones que uno entiende que son las más óptimas. En situaciones de emergencias trabajamos a contrarreloj y el tiempo es vital. Cuanto más tarde llegas, más grave es el siniestro y peores serán las consecuencias.

—¿El tiempo de respuesta ante una situación de emergencia determina la calidad o eficiencia del servicio?
—La calidad de un servicio de emergencias se mide en función del tiempo de respuesta. Así funciona en toda Europa. En Alemania, en muchos Landers exigen un tiempo de intervención por debajo de los 10 minutos. Aquí no podemos exigir ese nivel de respuesta, pero si tenemos un paciente crítico a 30 minutos, cuando llegamos es muy probable que hayamos perdido a ese paciente. Una UVI móvil o un vehículo de bomberos debe llegar a la emergencia en unos 20 minutos. La respuesta no puede tardar en llegar 40 ó 50 minutos.

—¿Estamos hablando de unos parámetros que no se cumplen en muchos puntos de la isla?
—Desgraciadamente es así. La presencia de una UVI móvil en Santa Eulària todo el año no supone un gasto si se salva una vida. También haría falta una UVI móvil 4x4 dado el gran volumen de población existente en zonas rurales. Lo mismo ocurre con la situación del servicio de bomberos. Para cubrir todo el territorio de Ibiza hay los mismos efectivos de bomberos que los que atienden el aeropuerto de es Codolar. Ibiza tiene un aeropuerto nivel 9, según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Barajas es nivel 10. La asignación de un nivel se hace en función de parámetros como la cifra de pasajeros o el combustible de los aviones. En función de ese nivel, el aeropuerto tiene buena parte del año unos cuarenta bomberos de AENA. Los mismos que hay para dar cobertura a toda una isla de 572 km2.

—¿Cómo sería la correcta distribución de los bomberos?
—En 2005 presenté un plan de desarrollo estratégico en el que se hacía hincapié en la necesidad de descentralizar medios y recursos. El estudio, que era para Ibiza y Formentera, se basaba en un mapa isócrono que recogía un mínimo de 3 parques en Ibiza. Los recursos se repartían en el territorio por concentración poblacional y por riesgos, a una distancia que permitiese llegar a cualquier punto en un máximo de 20 minutos. Este tiempo permite más capacidad de control y delimitación de los daños con menos material y, además, el resto del territorio no queda desatendido. El estudio también alertaba y daba soluciones a los problemas que sufre Formentera.

—Como profesional y experto en emergencias, entiendo que es más partidario de la optimización y distribución que no de una base de emergencias centralizada en las instalaciones de sa Coma?
—Lo ideal es que la respuesta local esté bien estructurada, no que todos los servicios de emergencias estemos en sa Coma. A la gente lo que le importa es que le apaguen el fuego antes de que afecte a su casa y no mira si el servicio lo prestan los bomberos, las brigadas del Ibanat o la UME.

—¿La política se impone a los profesionales?
—Hay muchísimos buenos profesionales en nuestro entorno, pero tenemos un sistema de gestión de emergencias a medio desarrollar. Después de todos estos años con partidos de todos los colores gobernando y con unas leyes que sentaban las bases para su mejora, creo que hace falta una mayor sensibilidad, valentía, voluntad y un acuerdo de autonomía consensuado entre todas las fuerzas políticas para definir el modelo que necesitamos en este ámbito y de manera estratégica. La problemática de cada isla es diferente pero hay soluciones que resuelven muchas de las situaciones comunes. También hay que destacar que la dirección general de Emergencias del Govern ha conseguido cosas muy importantes. En 2004 se consiguió recuperar la concesión del 112. Esto fue un primer paso muy importante para poder desarrollar un sistema de manera integral, integrando servicios y competencias.

—Usted es presidente de la Asociación Española de Lucha Contra el Fuego (Aself). ¿Qué es y qué tipo de actuaciones lleva a cabo esta asociación?
—Aself es la organización más antigua y representativa del sector de la seguridad contra incendios, la gestión de emergencias y la protección civil. Nació en 1959 sin ánimo de lucro y los que trabajamos en ella lo hacemos de manera no retribuida y voluntaria. La finalidad de la organización es la defensa de las vidas humanas y del patrimonio frente a los siniestros de todo tipo. Sus fines son, básicamente, servir de foro y punto de encuentro independiente desde donde fomentar, apoyar y promocionar los estudios, la investigación, la formación y divulgación de todas aquellas actividades relacionadas con la prevención y la intervención.

—¿Y cuáles son los aspectos novedosos tratados en las jornadas celebradas en Santa Eulària?
—Han sido muchos y variados. Han aparecido nuevas fuentes de información, nuevas maneras de comunicarse, nuevos actores, diferentes organismos que tienen que trabajar juntos y que tienen, incluso, una terminología distinta. De hecho, es la primera vez en España que se hacen unas jornadas con una temática de este tipo.

—Los profesionales que han expuesto sus ponencias y los moderadores han sido de gran nivel.
—Así es. La inteligencia y las emergencias tienen un papel cada vez más importante y estamos tomando conciencia de ello, por eso las aportaciones de las organizaciones militares en este campo son de gran valor ya que tiene toda una doctrina desarrollada al respecto. Han venido mandos militares muy experimentados y el rey Felipe VI fue el presidente de honor de las jornadas en las que han participado cerca de dos centenares de profesionales de emergencias.

—Los doce años de servicio en Ibiza seguro que le han reportado muchas experiencias profesionales.
—Doce años dan para mucho. Entre las intervenciones más destacadas figuran la responsabilidad como director técnico operativo del dispositivo activado por el hundimiento del Don Pedro, la evacuación del aeropuerto de es Codolar en 2007 por un amenaza de bomba o las intervenciones en los incendios de Benirràs, Morna y es Cubells.

LA NOTA

Oficial de la Armada y Cruz del Mérito Militar con Distintivo Blanco

Pablo Gárriz ha sido especialista del Ejército del Aire en defensa Nuclear, Biológica y Química (NBQ) y sigue vinculado a las Fuerzas Armadas como oficial de la Armada en la reserva voluntaria, siendo activado como analista de inteligencia para riesgos tecnológicos en la Unidad Militar de Emergencias (UME).

En junio, el Ministerio de Defensa le concedió la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Blanco.

Más recientemente, en octubre, el Ministerio del Interior le impuso la medalla del Mérito de Protección Civil con distintivo azul en la categoría de bronce. Con esta condecoración se le reconoce su colaboración con diversos órganos del Estado y su relación con la Escuela Nacional de Protección Civil y Emergencias.

Desde el 2008 es presidente de la Asociación Española de Lucha Contra el Fuego (ASELF).