Desde el verano pasado el Ayuntamiento de Santa Eulària decidió hacerse cargo de los lodos que produce la depuradora situada en el barrio de Can Sançó después de que el sistema de la infraestructura gestionada por Abaqua se colapsara y los vecinos de la zona tuvieran que soportar la proliferación de mosquitos y los malos olores propios de la acumulación de fangos en la instalación. «La concentración de ácido sulfhídrico era de 317 miligramos por m2 cuando la OMS recomienda que sea menor a 25 miligramos», aseguró ayer el técnico de medio ambiente de Santa Eulària, Javier Gómez, quien explicó en la jornada sobre el ciclo integral del agua, organizada por la Alianza por el Agua en Can Ventosa, el método utilizado por el Consistorio para que estos fangos se depositen sobre suelo agrícola sin que la población tenga que soportar malos olores ni ninguna plaga de insectos.
Un sistema que el propio Gómez denomina ‘bollycao' porque se trata de confinar los lodos de la depuradora entre capas de restos de poda triturada. «Es un método mucho más económico que llevar los lodos a Valencia (que es lo que está haciendo el Govern con los fangos del resto de depuradoras de la isla) y los agricultores, que nos están ofreciendo sus fincas, se los están rifando», apuntó ayer Gómez.
El técnico de medio ambiente del Ayuntamiento de Santa Eulària señaló que sería viable tratar los lodos de todas las depuradoras de la isla de Ibiza con este método. Eso sí, habría que encontrar campesinos dispuestos a aceptar el depósito de este cargamento en sus fincas y que éstas fueran óptimas. Javier Gómez también señaló que se ha contratado a un ingeniero agrónomo que investigará el riego de los lodos con microorganismos autóctonos para mejorar la calidad del producto.
LA NOTA
Santa Eulària ha necesitado 79 viajes para transportar los lodos
El Ayuntamiento de Santa Eulària ha necesitado 79 depósitos para trasladar los 2.160 m3 de lodos procedentes de la depuradora a las fincas donde han sido tratadas con restos de poda. Esto supone unos cuatro viajes a la semana entre los meses de abril y septiembre, según Javier Gómez. El técnico de medio ambiente del Consistorio de la Villa del Río dijo que los fangos de la depuradora del municipio están formados en un 86% de agua, una dificultad añadida en su tratamiento. «Cuanto más líquidos son los lodos, más difícil es su gestión», apuntó Gómez, quien añadió que también se encargan de recoger muestras de agua subterránea cuando, en realidad, tendrían que llevarlas a cabo la administración competente, es decir, el Govern balear.
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