Varios cap de fibló avistados ayer cerca de las costas de Cala Comte. | FRANCISCO RUIZ LINEROS

Ibiza y Formentera recibieron ayer las primeras lluvias de un verano atípico en lo que a precipitaciones se refiere. El año pasado a estas alturas se habían producido varios diluvios que habían propiciado imágenes curiosas de turistas lanzados calle abajo con sus colchonetas y otras menos jocosas como barcos varados o carreteras anegadas engullendo coches.

Las Pitiusas estuvieron en alerta amarilla hasta media tarde por lluvias. Sant Josep y Sant Antoni fueron los municipio más afectados por las precipitaciones. En el municipio portmanyí se registraron 29 litros por metro cuadrado –el día con mayor cantidad de precipitaciones del año– y varias calles del litoral y otros puntos de la bahía quedaron inundados durante varias horas. Hasta las seis de la tarde se habían recogido 61 litros por metro2 en el municipio de Sant Josep.

En el mar que baña las calas de Compte se avistaron varios ‘cap de fibló', un fenómeno que se asemeja a los tornados y que, por fortuna, no suele tocar tierra.

Mientras tanto, entre las tres y las cuatro de la tarde se produjo una fuerte tormenta en Formentera que descargó 14 litros por metro cuadrado aunque no causó incidentes. A esa hora las temperaturas descendieron hasta los 19 grados en la pitiusa menor.

En Ibiza las lluvias apenas tuvieron incidencia en las zonas de Levante y en la capital administrativa. No obstante, las primeras lloviznas cogieron desprevenidos a multitud de turistas que paseaban por el puerto y La Marina, mientras que las playas se vaciaron de bañistas por primera vez en todo el verano.