La Universitat Oberta per a Majors entrega los diplomas a sus alumnos

Entre los participantes al acto destacó especialmente Vicent Joan Ferrer. Tiene 98 años y es el veterano de la familia educativa en los cursos de la UOM. Para Ferrer este tipo de cursos son especiales ya que le permiten «recuperar la experiencia educativa de su juventud» y, además, «continuar adquiriendo nuevos conocimientos». La edad de este «jovenzuelo», tal y como se define así mismo, no se convierte en un inconveniente para seguir aprendiendo. Con todo ello, el veterano de los cursos académicos ya está pensando en el próximo programa de la universidad.

Experiencia personal

La satisfacción de los programas realizados por el centro educativo también se extiende a Francisca Tur, de 65 años, quien destaca que lleva diez años participando. No duda en continuar sumando años académicos para «seguir aprendiendo nuevas materias». El hecho de sumar nuevos conocimientos y recuperar los años de la juventud académica es un punto que destaca Gilberto Ferrer, de 76 años y María Ribas, de 66 años. Ambos no dudan en seguir acudiendo a los cursos organizados por la universidad porque «es una manera de conocer nuevas personas y ampliar el conocimiento». Además, Ribas destaca que la gran labor docente en los cursos que ha participado hace que las charlas sean «mucho más interesantes».

Lo cierto es que la satisfacción y motivación de los alumnos congregados en el salón de actos de la sede de la UIB fue sin duda lo más destacable del acto. A pesar de la edad de los alumnos, la felicidad de volver a un centro educativo para formarse es «única» y un momento muy especial, según apuntaron.