Este lunes, Abraham Barroso, responsable de la organización sin ánimo de lucro Mojis Sanctuary, publicó a través de las redes sociales una emotiva carta en la que se despedía de Coco, uno de los perros más queridos de Eivissa en los últimos tiempos.
No en vano, «el héroe de Mojis», como lo bautizó Barroso, se había convertido en todo un ejemplo de superación animal desde que fue descubierto gracias a la denuncia de una vecina en unas condiciones lamentables. Coco fue rescatado por la Policía Local de Eivissa llorando de pena en el patio interior de una vivienda, desnutrido, con importantes heridas en sus patas por tener que arrastrarse debido a una mielopatía degenerativa común, y mojado por las fuertes lluvias que habían caído estos días en Eivissa.
Por suerte, fue trasladado hasta la Clínica Veterinaria San Jorge de Sant Jordi donde permaneció mes y medio y donde gracias a los cuidados de los veterinarios fue mejorando poco a poco. Después, un alma caritativa donó el dinero necesario para poder comprarle una silla de ruedas especial para sus patas traseras y con la que hacía vida prácticamente normal, y finalmente, Abraham Barroso, lo adoptó en su asociación de Sant Carles.
Sin embargo, desgraciadamente y a pesar de que pasó unos meses «maravillosos corriendo por los campos de Morna en compañía de otros perros de Mojis Sanctuary,» Coco, el querido Coco, abandonó este mundo para siempre dejando un magnífico recuerdo en todos aquellos que le conocieron. Una vida resumida en esta frase del propio Barroso en las redes sociales: «Qué felicidad ha sido haberte conocido, qué felicidad haber vivido cada instante que hemos vivido contigo».
3 comentarios
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Coco....Me gusta pensar que donde estés eres mas feliz de lo que fuite aquí.
Soy consciente de que muchas noticias de este periódico son más trágicas y espero que me perdonen porque leo esta y de pensar en el animal pidiendo auxilio me entran ganas de llorar, además de furia contra quien le hiciera eso. Hacer daño a un animal porque sí es un crimen. Al menos pudo vivir tranquilo lo que le quedó de vida. Luego veo a los búlgaros maniatando inmigrantes, niños bajo gases lacrimógenos, y pienso que el mundo no tiene solución. Se divide en desalmados y víctimas, y mañana se verán al revés y la víctima será verdugo, solo buscará venganza, sin haber aprendido nada. Qué triste.
Yo me dirijo a los malditos que lo maltrataron les deseo lo peor para el resto de sus vidas con sufrimiento y en soledad y a la persona que lo adopto tiene un alma muy y grande y COCO seguro que siempre te estará agradecido. Cuanto tenemos que aprender de los animalitos